Yo era licenciado en Filología Clásica y había pagado más de 1000 euros por un título de máster de profesor de secundaria (el impuesto revolucionario de la educación).
Bueno, ahora, mientras espero a las oposiciones, habrá que trabajar un poco para ganar algo de dinero.
Los que estudiamos Filología Clásica no somos muchos, y la demanda de tales profesores tampoco es mucha.
Bueno, habrá que mirar e intentarlo, a ver qué sale.
Entro en las cloacas de las webs de clases particulares. Ahí también suelen publicar sus anuncios las academias para buscar a profesores.
Mira, aquí parece que hay algo.
Dejo mis datos y al cabo de unos días me llaman. Me contratan por teléfono. Ni me han visto la cara ni me han pedido ninguna prueba de que soy quien y lo que digo ser.
El pago es en metálico, 9 euros la hora.
Yo entonces estaba aún muy pardo y ni entendía qué significaba eso de cobrar en metálico. (Pues para tener que ir a sacarlo del banco, ya que me lo den directamente en la mano, ¿no?).
Nueve euros no me parecía un gran sueldo, pero tampoco estaba terriblemente mal. Sí es verdad que la señora que me limpiaba la casa cobraba 10 euros la hora.
Por supuesto, nada malo con limpiar casas ajenas. Me parece un ímprobo trabajo que requiere de meticulosidad, diligencia y disciplina. (Aunque no hacen falta una licenciatura y un máster).
Iba a empezar a la semana siguiente. Unos días antes de la primera clase, me llama la señora:
Mira, al final hemos contratado a otra persona porque vive más cerca de la academia.
Pues oc.
No fuera a tener alguien una urgencia de latín.
Más tarde, otra academia me contrató, con contrato, por 7,5 euros la hora.
Yo ya no trabajo para ninguna academia de latín, de griego ni de español, ni doy clases particulares ni privadas ni en persona ni por videoconferencia.
Ahora lo que tengo es mi propio curso de latín: toda la teoría que hace falta y constantes prácticas de análisis y traducción revisadas y explicadas por mí en la pizarra.
Si has suspendido miserablemente la asignatura y tienes que recuperar o simplemente quieres aprenderlo por el placer de aprender, puedes ir a una academia donde se explota a los profesores y/o donde se contrata al primero que aparece sin siquiera comprobar que se sabe el caput, capitis.
También puedes entrar en las cloacas de las webs de clases particulares y contratar a un estudiante que acudirá a tu casa resacoso y te cobrará en negro.
O puedes apuntarte al videocurso de latín desde cero, que incluye teoría, práctica y no sé cuántas horas de materiales complementarios para seguir practicando.
¡Un saludo!
Paco
P. S. El precio es con impuestos incluidos. Cada trimestre declaro (o sea: pago) esos impuestos, porque Hacienda somos todos.