Aquiles fue el mejor héroe de su generación (la de la guerra de Troya) y sin duda está en el top 3 absoluto de toda la mitología griega.
Se suele caer en el error de pensar que Aquiles era un súbdito del gran Agamenón, rey de Micenas. En absoluto: Aquiles era ἄριστος Ἀχαιῶν ‘el mejor de los aqueos’ y en ningún momento consintió que nadie, ni siquiera Agamenón, pensara otra cosa.
(Esto se ve incluso en la película con Brad Pitt, en la escena del principio, por ejemplo).
Precisamente, el hecho de que Agamenón se sobrepasara con él fue lo que causó la terrible cólera de Aquiles (de la que ya hablaremos en detalle en otro momento).
Aquiles era el héroe definitivo y, aun así, fue un procrastinador.
Cuando internet aún estaba en pañales en España se puso muy de moda la palabra «procrastinar», o sea, «posponer», de toda la vida.
Eso sí, «procrastinar» parece añadir el matiz de que se pospone por vagancia, indolencia, desidia, pereza… mientras que «posponer» es o neutral o planeado.
No casa mucho que áristos achaión fuera un procrastinador, pero es que había una profecía que le avisaba de que moriría poco después de que muriera el príncipe troyano Héctor.
Entre los griegos todos se preguntaban: «¿Por qué Aquiles no mata de una vez a Héctor, el mejor de los troyanos, y acabamos la guerra ya? Ocasiones no le han faltado».
Esa era realmente la razón: Aquiles evitaba matar a Héctor porque sabía que él sería el siguiente, según el oráculo. Cuanto más pospusiera la muerte de Héctor, más pospondría la suya propia.
Como todo el mundo sabe, Aquiles solo depuso su cólera para con Agamenón cuando engendró otra aún mayor y más terrible: la cólera para con Héctor por la muerte de su querido Patroclo.
Solo entonces luchó y mató fulminantemente al príncipe troyano.
Por supuesto, el oráculo se cumplió y poco después murió por una flecha salida del arco de Paris y guiada por el dios Apolo.
Una de las novelas «históricas» más brillantes que he disfrutado jamás —y ya es difícil aventajar a Posteguillo o Manfredi, entre otros— la ha escrito la estadounidense Madeline Miller y se llama La canción de Aquiles.
No cólera, sino canción. Sí está la cólera, pero hay mucho más en la novela: es una canción a la mágica relación entre Aquiles y Patroclo, que es el narrador.
Tienes una breve reseña sobre «La canción de Aquiles».
¡Un saludo!
Paco
P. S. Yo la audioleí en inglés y la interpretación también me pareció brillante. Si tienes el nivel, te recomiendo el audiolibro en inglés.