El otro día me llegó un correo en que me acusaban de haber estafado 80 euros.
Era una persona que acababa de apuntarse a AcademiaLatin.com: que, después de haber pagado 80 euros, la web seguía pidiéndole que pagara.
Que eso era una estafa y que le devolviera inmediatamente su dinero.
Le respondí preguntándole si había leído las indicaciones básicas que te llegan por correo nada más registrarte e incluso aparecen inmediatamente en pantalla en cuanto completas el pago, con un letrero grande que dice LEER ANTES DE CONTINUAR.
(En resumen: que uno tiene que generar su contraseña y, entonces, identificarse en la web con usuario y contraseña para que se desbloqueen los contenidos. ¡Bastante elemental!).
También le dije que si, a pesar de que «no hay estafa ninguna», quería que le devolviera el dinero, me lo dijera para ordenar la devolución cuanto antes.
La verdad es que nunca llegué a recibir respuesta, pero sí me consta que finalmente siguió las instrucciones.
Aunque las formas y acusaciones me parecieron desmesuradas, tampoco quiero ser injusto en mi juicio respecto a esta persona.
Pocos días después esperaba yo una bicicleta que había comprado por valor de unos 800 euros (algún capricho me doy de vez en cuando, ¡y solo porque no tengo coche ni moto!).
No voy a contar la historia completa, pero, básicamente, en un momento dado creí que la empresa de reparto o el repartidor me había robado el paquete.
Ochocientos eurazos.
No me puse a gritar por la ventana que me habían estafado, aunque sí que, durante unos minutos, sentí cierta desazón.
Por supuesto, resultó que todo era una historia que me había montado en la cabeza, infundadamente, y que no había ni timo ni estafa ni robo.
Bueno.
Por 80 euros tienes tres meses de acceso a todos los contenidos de AcademiaLatin.com. No te los robo: prometido. Gran inversión.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Estas confusiones pasan, y nos pueden pasar a todos. Lo importante es no volverse loco y lanzar acusaciones sin fundamento, porque al otro lado hay una persona.