¡Muy buenas! Te doy la bienvenida al boletín.
Mucha gente en internet me llama Javier, pero casi todo el mundo me llama Paco. Por tanto, a partir de ahora voy a escribirte como Paco: Paco Álvarez.
No sé si ya me conocías de antes. Quizá habías leído algún artículo mío sobre gramática histórica, o quizá habías visto algún vídeo mío en YouTube explicando los aoristos atemáticos griegos. Es posible que solo me siguieras por Twitter o alguna otra red social.
O quizá acabas de descubrirme y ya te ha picado la curiosidad.
Realmente no importa eso. Si te has apuntado a este boletín es porque quieres más de lo que tengo.
¡Bien!
No tengo datos fiables al respecto, pero estoy bastante seguro de que mucha de la gente que me conoce por internet (o, más bien, conoce lo que publico por internet) piensa en mí como en una especie de monje medieval enclaustrado en una biblioteca y que comparte mendrugos de pan con los ratones para que no se coman los manuscritos.
Realmente no es así.
De hecho, hay periodos de mi vida en los que me puedo pasar semanas sin leer un libro, simplemente porque me engancho a alguna serie o a algún videojuego.
No pasa nada.
No quiero que creas que soy uno de esos personajes ilustrados y puros que puedes encontrar en otras partes de internet.
Como carne, de vez en cuando me emborracho con cerveza, bourbon y/o vodka polaco de sabores, y no creo en ningún dios.
Además, cuando escribo en WhatsApp no pongo los signos de apertura de interrogación y exclamación, y en ningún contexto uso el lenguaje inclusivo. Por lo general respeto y sigo a la RAE, pero algunas cuestiones como muchos de los criterios de las mayúsculas me parecen totalmente de locos.
Me parece fantástico si tú practicas el veganismo, eres abstemio y/o eres monja de clausura. Puedes ser esclavo de la RAE o la persona más punki del mundo con la gramática.
Quiero que desde el principio sepas que cualquier cosa que hagas me parece bien.
Ahora viene algo importante.
Si alguna de las cosas que he dicho hasta ahora te molesta o no es de tu agrado, lo mejor es que te borres del boletín. Puede ser ahora mismo, dentro de una semana o dentro de cinco años.
Absolutamente en todos los correos del boletín tienes, abajo del todo, un enlace para cancelar tu suscripción. Cuando te canses de mí, le das ahí y se acabó.
No me tienes que escribir justificándote: simplemente haces clic y ya está.
Es automático.
También quiero asegurarme de que entiendes dos cuestiones fundamentales de este boletín.
La primera de ellas es que no hay una periodicidad establecida. Yo te escribo como persona, no como una gran multinacional: no tengo un departamento de ventas, ni de atención al cliente, ni un community manager.
Todo lo hago yo.
A mí me gusta escribir, y por eso mi plan general es escribir una vez al día, pero es posible que puedas llegar a recibir hasta dos o tres correos míos al día.
También es posible, según el periodo del año y de mi vida, que la frecuencia se reduzca o que desaparezca durante un mes.
Todo eso puede pasar.
Habrás visto que en la mayoría de boletines por internet se hace algún regalo de bienvenida, normalmente un pdf de dudoso valor que la mayoría de las veces ni descargamos ni, mucho menos, leemos.
Ya ves que aquí no hay regalo.
Esto lo hago así por varias razones, pero principalmente esta: que quien se apunte lo haga única y exclusivamente por interés en los correos que envío. Entiendo que quien se apunta a un boletín para recibir correos es porque quiere recibir correos.
Todo esto para decirte que es por esta razón que mando un buen número de correos.
Ahora voy con la segunda cuestión fundamental sobre el funcionamiento del boletín.
Yo soy autónomo.
Si vives en España, seguro que ya sabes que los autónomos somos muy dados a lloriquear por cómo nos maltratan los políticos de todos los colores. Si no vives en España, es muy probable que en tu país sea prácticamente de la misma manera y que ya te sepas el cuento igualmente.
Yo en este boletín no tengo intención de lloriquear por esas cuestiones.
Pero sí tengo intención de ofrecerte con cierta frecuencia uno u otro de mis productos de pago: que si mi curso de latín, que si mi curso de griego, que si mi curso de español correcto, que si materiales para profesores de español como lengua extranjera…
Todas esas cosas son mi trabajo, y vendiéndolas es como gano dinero. El dinero lo necesito para pagar cosas.
No quiero que me malinterpretes.
Nunca te voy a hacer spam. Sí te voy a ofrecer contenidos de lenguas. Muchísimos de ellos son gratis, pero otros son de pago. Esto es un boletín de lenguas al que te has apuntado porque te gustan las lenguas.
Ojo con esto.
Nunca vas a tener la obligación de comprar absolutamente nada. Este boletín es gratis y puedes quedarte en él 10 años sin gastar ni un euro nunca.
Te repito una vez más que, si tienes algún problema con algo de lo que he dicho, lo mejor es que te borres ya en el enlace que hay abajo del todo.
¿Te agobia recibir un correo al día (a veces, dos o tres)? Puedes borrarte.
¿Te ofende que te ofrezca mis productos de pago? Puedes borrarte.
Decidas lo que decidas, tu decisión me parece bien, en serio.
Yo no colecciono suscriptores a mi boletín para tener un número muy alto. Yo solo quiero gente que abre y lee mis correos…
… lo cual me lleva a la última parte de este mensaje.
No tengo ningún sistema ni criterio estandarizado para hacerlo, pero soy muy dado a borrar de vez en cuando a quienes no abren los correos.
Como te digo, no tengo una metodología concreta, pero puede ser que, si detecto que ni siquiera has abierto un correo en un mes, te borre del boletín sin avisarte.
¡Ah!
¡Se me olvidaba!
Estoy seguro al 99 % de que sabes, a grandes rasgos, cómo funciona un boletín: es un envío masivo de correos a las personas que han decidido apuntarse.
Es un envío masivo.
No es un envío personalizado.
No aparece tu nombre porque el correo no ha sido escrito y enviado específicamente para ti. Ha sido escrito y enviado a todas las personas (que pueden ser diez o un millón) que se han apuntado a un boletín de lenguas porque les interesan los contenidos de lenguas.
Por favor, no te tomes nada de lo que te envíe como algo personal. Es que no te conozco. Ni siquiera sé tu nombre.
Ya sé que todo esto lo sabes. Sin embargo, hay un 1 % de personas en el mundo que no lo sabe. Si eras una de esas personas, ahora ya has pasado al otro grupo, el del 99 % que sí sabe.
No me malinterpretes.
Que el envío sea masivo y no personalizado no quiere decir que te vaya a tratar como a una oveja dentro de un rebaño. Simplemente quiere decir lo que he dicho antes.
Yo no tengo un millón de personas apuntadas en el boletín. Por eso me puedo permitir que, si haces clic en responder, ese mensaje me llegue a mí y no a la papelera. Y lo voy a leer.
Sí que te pido un favor: usa la empatía y el sentido común. Me llegan bastantes correos al día. A veces tardo un día, a veces tardo una semana, pero al final los leo todos. Sin embargo, no puedo ponerme a responderlos todos. Sería imposible: no me daría la vida.
Te invito amablemente a que me escribas (de forma concisa, por favor) si en algún correo tienes algún comentario interesante. Yo lo leeré y tendré en cuenta lo que me has dicho, pero normalmente no lo contestaré (entiendo que es un comentario que no requiere respuesta).
Si tu mensaje incluye una pregunta que requiere respuesta, entonces es mejor que te dirijas a humanistasenlared.com/contacto.
Ahí hay unas pautas que me gustaría que siguieras. Como la mayoría de la gente las lee y las respeta, sé que (casi) cualquier mensaje que llega ahí es importante/urgente y que requiere una respuesta.
Ahora sí, eso es todo por el momento 🙂
¡Un saludo!
Paco
P. S. Por lo general, los demás correos serán más breves.