El gran orador romano por antonomasia es Cicerón: decenas de discursos como abogado y como político, probablemente los más importantes y conocidos las famosas Catilinarias.
Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
Sin embargo, es posible que en su misma época existiera un orador aún mejor.
Lo que pasa es que esta otra persona estaba demasiado ocupada en la conquista de la Galia.
Por supuesto, por su faceta política, Julio César también tenía que hablar públicamente con frecuencia. Simplemente, sus obligaciones militares no le dejaban brillar tanto como a Cicerón.
Esto lleva a preguntarse cuántos genios potenciales en tal o cual disciplina no habrán florecido por una u otra razón.
Quizá yo ahora estaría enviando boletines de física cuántica si hubiera disfrutado las clases de ciencias en la secundaria.
Si me hubiera gustado la carrera de Traducción e Interpretación, posiblemente no habría estudiado Filología Clásica y mi vida sería totalmente distinta.
Ahora puede estar entrándote la duda: ¿y si… … … latín y griego?
¡No te quedes con la duda! → AcademiaLatin.com
¡Un saludo!
Paco
P. S. Por probar no pierdes nada: el primer módulo de cada curso lo tienes gratis al completo.