Con cierta frecuencia recibo correos para darme las gracias por los boletines, porque los disfrutan mucho.
Hay veces que me planteo incluso que debería estar cobrando por ellos…
Y esto —que conste— no es ninguna locura: yo estoy apuntado a un par de boletines de pago.
En uno de ellos, el otro día hablaron de autotelismo, que no es lo mismo que aristotelismo, aunque también es cosa que podemos calificar de filosófica.
Parafraseando Wikipedia, «autotelismo» es una palabra formada por dos raíces griegas: αὐτός (autós ‘sí mismo’) y τέλος (télos ‘fin’ o ‘meta’); designa una actividad realizada sin otro objetivo que sí misma.
Una de las arduosidades de mi negocio es la dificultad de aplicar lo que se enseña sobre negocios «como el mío» en cursos, formaciones, pódcasts, vídeos, etc.
No digo que esos contenidos sean malos: digo que gran parte de lo que se enseña ahí no es fácil ni directamente aplicable a lo que yo hago.
Por ejemplo, los dos boletines por los que pago tratan grosso modo de negocios: yo me apunto a ellos con el claro objetivo de mejorar mi negocio. Si yo no tuviera un negocio, o si no quisiera mejorar el que tengo, lo más probable es que no me apuntara.
Otro ejemplo: si tu negocio es de nutrición y dietética, tienes que decirles a tus potenciales clientes que con tu ayuda comerán mejor y dejarán de estar gordos, lo que les hará tener mayor autoestima, etc., etc.
Muchísimos de los negocios en internet van de ayudar a los demás con temas cuyos beneficios son fácilmente palpables: mejorar tu negocio, ganar/ahorrar dinero, mejorar tu salud física y/o mental…
Podríamos considerarlos no autotélicos. Si yo me apunto a una web de nutrición no es porque quiera aprender cien recetas con coles de Bruselas. ¡Ni siquiera es porque quiera comer mejor!
Si como coles de Bruselas es para comer mejor, y si como mejor es porque quiero mejorar mi salud, y si quiero mejorar mi salud es para sentirme bien física y mentalmente. Si yo pudiera sentirme bien física y mentalmente desayunando tejeringos y cenando pizzas ultracongeladas, ni una col de Bruselas entraba por mi boca.
Y entonces llegamos a lo mío.
Algunos de mis alumnos de latín o griego no estudian porque deseen aprender autotélicamente: lo que quieren es aprobar la asignatura, y aprender latín o griego es el medio para ese fin, no el fin en sí mismo.
Pero muchos otros sí tienen intereses autotélicos: aprender latín y griego por el gustirrinín de hacerlo y todo lo que conlleva.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Y no digamos ya lo difícil que es vender la pertenencia a una comunidad linguófila, donde lo único que puedes hacer es conocer, conectar y compartir tu amor por la filología y la lingüística con otros como tú.