El cuento dice que el Cid ganó una batalla después de muerto.
Básicamente, que doña Jimena lo ató a Babieca con un palo para que el cadáver se quedase tieso y la sola presencia del fiambre sirviera de ánimo para su ejército y de terror para los enemigos.
Lógicamente esto es parte del cuento, de la leyenda, y no tiene base histórica ninguna, como también por ejemplo la famosa jura de Santa Gadea.
¿Realmente importa si es verdad o no? ¿Si ocurrió o no? Con lo molto bene trovato que está…
Dicho de otra forma: ¿cambia sustancialmente la historia? Probablemente no. De hecho, añadir ese invent hace la histori(et)a mejor.
Es más: diría que a la gente no le importa la veracidad del hecho, sino el simbolismo y lo heroico del relato.
A la gente le gusta lo de la suerte está echada. ¿Diría algo mínimamente similar Julio César al cruzar el Rubicón a lomos de su caballo? Realmente da igual.
Hablando de caballos, en el correo anterior mencioné lo de la gente que estuvo inyectándose «desparasitador de caballos» para combatir la Covid-19.
Más de uno me ha dicho acertadamente que la Ivermectina (que así se llama el medicamento) no es un «desparasitador de caballos»: que se usa en caballos, sí, pero también en humanos.
Me imagino que el veneno está en la dosis, pero de cuestiones médicas y farmacológicas es mejor no hacerle caso a un filólogo.
La cuestión es que lo importante no es si la Ivermectina es un desparasitador de caballos o no: eso no es lo que le importa a la gente.
Lo que le importa a la gente es el hecho de que haya personas que han muerto (incluyendo a la lumbrera que inició la moda) por la desinformación.
No sé si la gente se habrá muerto por la Ivermectina en sí, o si más bien por descuidar las demás medidas anti-Covid.
La cuestión es que la desinformación llevó a esta gente a inyectarse lo que no ayudaba en absoluto por un lado y a no inyectarse lo que sí ayuda.
He ahí realmente el problema de la desinformación: el problema no es tomarte pastillitas de azúcar que no hacen nada, sino todo lo que dejas de hacer que sí haría algo porque te crees que los azucarillos ya han hecho la faena.
Pero bueno, este es un boletín de lingüística, que también tiene sus desinformadores a los que hay que combatir.
¡Un saludo!
Paco
P. S. No digo que separar la historieta de la historia sea irrelevante: para eso están los filólogos, los historiadores, etc., pero a la gente de a pie lo que le gusta e interesa es el salseo de las escenas heroicas y frases lapidarias.