Yo soy muy fan de las películas de Disney, así que el otro día me puse un poco al día y vi la versión de 2019 de Aladdin con Will Smith.
(Opinión no solicitada al respecto: la original de dibujitos animados es obviamente mejor, aunque esta añade alguna cosa interesante).
Cuando Aladdin encuentra la lámpara y la frota, sale el genio, que, tras mucho histrionismo digno de cualquier youtuber, dice que lleva más de mil años sin salir de la lámpara.
Supongo que cualquier persona o bien no se para a pensar en el comentario, o bien se compadece del largo encierro.
Yo, en cambio, lo primero que pienso es cómo es posible que, tras más de mil años aislado, haya logrado mantener su lengua al día, como si no hubiera evolucionado en mil años.
En mil años —incluso en bastantes menos— pasan muchas cosas en una lengua.
Entre muchas otras cosas, los cambios fonéticos van sucediéndose unos a otros y van cambiando una palabra poco a poco.
Por si fuera poco, a menudo el orden de los cambios determina por completo el resultado final.
Si has estado prestando atención a otros correos, sabrás que esto es cosa de cronología relativa.
Te presento un reto lingüístico más: ¿puedes establecer el orden correcto de los cambios?
¡Un saludo!
Paco
P. S. No, el genio no mantiene su lengua al día por saberlo todo: a cuento de otra cosa, el propio genio dice que él es omnipotente, pero no omnisciente.