Hoy sumo una más a la serie «pataleta de mis experiencias universitarias».
Me consta que al boletín se apuntan también profesores universitarios. ¡Es posible que algunos hayan sido mis profesores!
(Afortunadamente, mi nula aspiración al mundo universitario me permite hablar libremente de todos estos temas).
Quizá sepas, o quizá no, que yo al principio me metí a estudiar Traducción e Interpretación (TeI). (En otra ocasión hablaremos de por qué la dejé).
Por aquel entonces estaba, simultáneamente, terminando el grado medio de Violín en el conservatorio, o sea, estaba en el décimo año.
Nunca fue fácil compaginar los estudios normales con el conservatorio.
En mi facultad de entonces (Facultad de Humanidades, para más señas), la carrera de TeI tenía dos turnos: el de mañana y el de tarde.
Por alguna razón, los mandatarios decidieron repartir a los alumnos en los turnos según su sola discreción: tú vas a la mañana, tú a la tarde.
Solo se permitían cambios de grupo por causas justificadas o si encontrabas a alguien del otro turno que quisiera intercambiarse.
Yo solicité el cambio de turno para poder compaginar la universidad con el conservatorio. Aporté documentación del conservatorio donde se veía que mis clases del conservatorio eran por la tarde, por lo que lo normal era cambiar mi turno de la universidad a la mañana.
DENEGADO.
Uh.
Habrá sido un error. Hablaré con el decano.
Tuve una reunión en persona con el decano. Ojo, porque las referencias que tengo de esta persona como profesor eran bastante buenas.
No sé cuánto tiempo duraría la reunión, pero pudo ser perfectamente media hora. Fue un bucle en el que yo solicitaba el cambio de grupo para que no me coincidiera con las clases del conservatorio y él me decía que no.
No hizo referencia a sus huevos toreros, pero me imagino que ni siquiera le hizo falta al Ilmo. Sr. Decano sacarse la méntula delante de un niño de 18 años.
Lamentablemente, en esa época no pude hacer nada más: el decano de la Facultad de Humanidades me dificultó sobremanera que yo pudiera estudiar música.
Hoy al menos puedo contar esta triste historia y dejar constancia de la incoherencia del señor y la injusticia que se ejerció contra mí.
¡Un saludo!
Paco
P. S. En AcademiaLatin.com aprendes a la hora que te dé la gana, así que no hay problema de turnos. ¡Bieeeen!