Como todo el mundo sabe, el Minotauro fue un monstruo con cabeza de toro que fue encerrado en el famoso laberinto de Creta ideado por Dédalo, el gran inventor de la mitología.
La historia dice que Poseidón le entregó un hermosísimo toro al rey Minos para que se lo sacrificara, pero este último, no sin picaresca, se guardó el prodigioso rumiante y le sacrificó al dios un toro del montón.
Cuando Poseidón se enteró del engaño, causó que la reina, la esposa de Minos, de nombre Pasífae, se enamorara perdidamente del toro.
Esta encargó a Dédalo que le construyera algún ingenio para poder yacer con el toro, y de ahí nació el monstruoso Minotauro.
Semejante ser no tenía cabida en la sociedad palaciega, así que —no pudiendo matarlo por ser al fin y al cabo sangre de sangre familiar— lo recluyeron en el ya mencionado laberinto de Creta.
Daba la casualidad de que Minos tenía como tributaria a Atenas por haberla derrotado en una guerra, y parte del tributo era una remesa de jovencitos y jovencitas cada X años como pasto para el Minotauro.
… hasta que un día Teseo, ateniense, decidió formar parte de los siete jovencitos, pero no para ser comido, sino para acabar con el monstruo y librar así de la muerte a sus conciudadanos.
Eso es, en resumen, lo que todos más o menos conocemos.
Sin embargo, Plutarco recoge una versión racionalista/realista/evemerista del mito (traducción de Antonio Ranz Romanillos):
los Cretenses no admiten esta narración, sino que dicen que el Laberinto era una fortaleza, sin tener otra cosa de malo que el no poder los presos huir de ella; y como Minos celebrase combates solemnes en memoria de Androgeo, a los vencedores les entregaba por premio aquellos jóvenes, custodiados hasta aquel punto en el Laberinto; y en los primeros combates quedó vencedor un cretense, que tenía el mayor valimiento con Minos y era su general, llamado Tauro, hombre nada suave y blando de carácter, que trataba con altanería y crueldad a los jóvenes Atenienses
Que yo no lo sé todo es obvio, y es el caso con este episodio. Me puso sobre la pista un linguófilo mientras tratábamos sobre la realidad/ficción de que una mujer como Helena pudiera ser la heredera del trono de Esparta.
Porque esa es la gracia de LINGUOFILOS.com: que todos vamos aportando según nuestras posibilidades e incluso los expertos podemos aprender.
¡Un saludo!
Paco
P. S. A la historia de Teseo y el Minotauro le tengo mucho cariño por ser el primer texto-relato (en oposición a frases sueltas) que traduje en latín con 16 años.