Objetivamente, ser el segundo está bastante bien. También depende de cómo lo digas: «segundón» suena bastante mal, pero «top 2» suena mucho mejor.
Hace tiempo leí o vi o escuché que, psicológicamente, ser el segundo es mucho peor que quedarte en el pelotón de la mediocridad, fuera del podio.
Si Aquiles no hubiera existido, el inmenso Áyax Telamonio habría sido el mejor de los griegos en la guerra de Troya. (A pesar de la película con Brad Pitt, Áyax quedó empatado en el duelo con el héroe Héctor, el mejor de los troyanos).
Aun así, a Áyax no le quedó otra que aguantarse y aguantarse con ser el segundón.
Ojo, que ser el segundo de los griegos era un muy buen puesto: mejor que el gran rey Agamenón, mejor que su hermano Menelao —lo suficientemente bueno como para tener de esposa a Helena, la más bella de las mortales—, mejor que el inteligentísimo Odiseo, mejor que el menos conocido Diomedes —perfecto equilibrio entre inteligencia y destreza guerrera—, etc.
Como digo, Áyax se conformó con ser inferior a Aquiles, porque Aquiles era mucho Aquiles.
Lo que no pudo tragar fue que, una vez muerto Aquiles —y ser, ahora por fin sí, el mejor de los aqueos—, se le ninguneara no entregándole sus armas.
Es el conocido como juicio de las armas, donde Odiseo y Áyax se disputaron las armas de Aquiles. Si el juicio hubiera sido un duelo, Áyax se habría llevado, sin duda, las armas; pero, como el juicio fue cosa más intelectual, se las llevó Odiseo, porque en labia nadie superaba a Odiseo.
Vemos, pues, que lo de ser el mejor es bastante relativo.
Yo no soy el que sabe más latín, ni el mejor profesor, ni el mejor profesor de latín, ni el mejor emprendedor en internet, etc.
Pero sí soy —hasta donde sé— el único profesor de latín con un curso completísimo 100 % en línea.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Además de latín y griego, aprenderás muchas historietas como esta.