En latín clásico la palabra más frecuente para llamar a la espada es gladius, de donde lógicamente viene, por ejemplo, «gladiador».
También había otra palabra, ensis, pero estaba bastante limitada a la poesía épica.
Salvo algún uso cultista que pueda encontrarse por ahí, gladius con el significado de ‘espada’ no sobrevivió en español, y, por lo que sé, en ninguna lengua romance.
(Sí está, por ejemplo, el gladiolo o gladíolo, nombre de planta cuya etimología está obviamente relacionada con gladius).
El gladius romano era una espada corta cuya hoja (es decir, sin contar el mango) era algo más larga que medio metro.
Curiosamente, esta espada se la copiaron los romanos a los celtíberos, y de ahí que fuera conocida como gladius hispaniensis.
Como era la espada por defecto, también gladius pasó a ser la palabra por defecto para referirse a cualquier tipo de espada.
¿Y entonces de dónde viene «espada»?
La spatha era una espada más larga, de hasta un metro de hoja, que se venía usando también desde antiguo especialmente entre la caballería, pero que se popularizó definitivamente ya en época imperial hasta el punto de desplazar al gladius, tanto al modelo de arma corta concreto como a la palabra.
¿Era mejor el gladius que la spatha? ¿Mejor esta que aquel?
Cada arma tuvo su momento y su razón de ser y de ser preferida en cada momento sobre la otra.
Bueno.
Hablando de longitud, creo que el formato de vídeos verticales cortos no es que haya venido para quedarse, sino que está ya bien establecido.
¿Son mejores los vídeos cortos que los largos? ¿Mejores los largos que los cortos?
Cada formato tiene su razón.
Sí que el formato corto y vertical se presta a lo que los creciditos podríamos considerar pérdida de tiempo.
Pero decir que formato corto y vertical = pérdida de tiempo es como decir que cuchillo = arma homicida: también vale para cortar patatas.
De hecho, el formato corto tiene para mí algunas ventajas.
En primer lugar, en menos de un minuto puedo contar algún dato curioso que no da para vídeo largo y que de otra forma se quedaría sin tratar.
En segundo lugar, no es solo el formato, sino cómo se consumen esos vídeos: aleatoriamente y uno detrás de otro.
¡Y aquí viene lo interesante!
Si un chaval anda perdiendo el tiempo viendo gatos eructando y cabras bailando y de repente se cruza con un vídeo de etimología y de ahí lo engancho y lo culturizo y de ahí sale el próximo Saussure, eso que nos llevamos.
Así que sí, también publico vídeos cortos y verticales con datos lingüísticos en menos de un minuto, como este de «espada» (en YouTube):
¡Un saludo!
Paco
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