Si yo preguntara cuál es el verbo más raro del español, estoy bastante seguro de que prácticamente nadie diría el que yo creo que lo es.
Por un lado, es un verbo aburrido: es un verbo aburrido desde el punto de vista semántico. Es un verbo que, prácticamente, no significa nada. (De hecho, ¡hay lenguas en que lo normal es no usarlo!).
Pero desde el punto de vista morfológico es un verbo excepcional.
Además, es, probablemente, el verbo más usado del español, a pesar de que compite con «estar».
Eso es: me refiero al verbo «ser».
¿Y qué tiene de especial este verbo?
Ya el infinitivo no es lo que parece ser: el español «ser» (seer en español medieval) procede del latín SEDERE, que significaba ‘estar sentado’.
En latín ya era un verbo raro, pues no tenía la típica terminación en -RE de verbos como AMARE, VIDERE o AUDIRE. El infinitivo en latín era ESSE.
Luego, el tiempo más básico de todos, el presente de indicativo, resulta ser un follón.
La 3.ª persona del singular es «es». ¿Desde cuándo la 3.ª persona del singular termina en -s? Él ama, ella come, usted oye.
La 1.ª tiene una -y que no tiene ningún sentido: «soy».
La forma «sois» (para quien la use) no tiene nada que ver con la correspondiente latina ESTIS.
Etcétera.
En fin. De esto y muchas otras cosas hablo en mi artículo «Evolución del español medieval desde el latín».
¡Un saludo!
Paco
P. S. ¡No te pierdas los vídeos! ¡Y suscríbete y dale a la campanita!