También en portugués, y poco más.
En italiano dicen cuore; en francés, cœur; en rumano, cord.
En español deberíamos haber tenido algo como cuer y, sin embargo, tenemos nada más y nada menos que «corazón».
Dejando de lado algunas etimologías más o menos disparatadas, cualquiera ve que lo que tenemos es, efectivamente, la misma raíz, pero con un sufijo aumentativo.
Realmente hay algo más que un simple sufijo, aunque lo más curioso me parece que es el razonamiento de Corominas para justificar por qué se normalizó ese sufijo en castellano.
Además de eso, la propia evolución presenta alguna dificultad. En castellano medieval habríamos esperado corazón (donde z suena [dz]) y, sin embargo, siempre aparece escrito coraçón.
Todo esto lo explico en la evolución de «corazón» desde el latín COR???????:
¡Un saludo!
Paco
P. S. Tiene que ver en parte con lo del corazón grande, sí.