Es probable que hayas leído u oído que el periodo de atención/concentración (attention span) de la gente es cada vez más corto.
Esto no es solo cosa de los niños y adolescentes: conozco personalmente casos de adultos y bastante adultos que no pueden ni ver una serie sin mirar el teléfono cada dos o tres minutos.
¡Hasta yo tengo que tomar medidas proactivas para no caer (o sacarme cuando caigo) en estas cosas!
El otro día estaba escuchando a un neurocientífico hablar sobre estas cosas.
Por supuesto, hablaba de las redes sociales: de los scrolls infinitos y de los frecuentes cambios de contexto (un gatito, una bailando, uno haciendo piruetas, un plato cocinado en un minuto), que provocan chutes de dopamina cada pocos segundos.
Ciertamente los expertos tendrán que ver los efectos de todo esto en los próximos años y especialmente en los más jóvenes, en los que prácticamente no han conocido otra cosa.
Hay quien literalmente llora si no puede conseguir sus chutazos y mantener su mente hiperestimulada en cuanto pasan cinco segundos sin estímulos naturales.
Y esto lo veo yo también en mi negocio.
Cada vez más recibo comentarios en mis vídeos de YouTube (de 5, 10, 20, 30 o más minutos): que si me enrollo más que las persianas, que si qué pesado, etc.
Bueno.
Aprender latín no es posible hacerlo à la tiktok.
Requiere de esfuerzo intelectual y de disciplina:
- sentarte a verte un vídeo en el que doy la chapa 10 o 20 minutos o más
- estudiarte tú eso mismo que yo acabo de explicar
- coger papel y boli y ponerte a trabajar con los textos
- verte otro vídeo en el que voy resolviendo y explicando esos mismos textos que tú previamente has trabajado
- lo mismo durante decenas de clases y prácticas graduadas
No son vídeos de 30 segundos donde rapeo las declinaciones: es un curso de latín desde cero.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Los vídeos de varios segundos tienen su contexto, pero APRENDER latín no es uno de ellos.