No sé si Tolkien se inspiraría o no en el anillo de Giges del que habla Platón.
Las similitudes, como dije hace unos correos, son bastante razonables.
Sin embargo, creo que hay una diferencia sustancial de planteamiento.
El Anillo Único de El señor de los anillos corrompe a su portador inexorablemente, incluso al buenazo de Frodo.
Y, como vimos, lo mismo parece que ocurría con el anillo de Giges: el campesino maquina todo tipo de maldades una vez que se da cuenta de que puede salir impune.
Pero realmente la diferencia es importante, creo.
El anillo de Giges no es que corrompa al portador como hacía el Anillo Único.
El anillo de Giges, como el dinero y otros emblemas de poder, lo único que hace es acentuar, exacerbar, las características y cualidades que el portador trae de serie.
El que ya es malo solo se hará más malo, porque puede. Y el que ya es bueno hará aún más bien.
Hay ricos que son seres totalmente despreciables, pero también ricos que no paran de invertir su tiempo y dinero en ayudar a la humanidad.
Hay políticos absolutamente corruptos, pero también hay políticos que lo dan todo por sus ciudadanos.
Hay funcionarios muy fans de la visita a la máquina de café y del vuelva usted mañana, pero también los hay que te explican todo pacientemente y se pasan todo el tiempo que necesiten contigo hasta que el trámite quede impolutamente resuelto.
Quizá esto sea un poco gratuito y el nexo entre la primera parte del correo y lo que sigue no se vea tan claro fuera de mi cabecita.
Pero en mi mente todo esto viene al pelo para invitarte a mi opinión totalmente personal sobre el tema de los alumnos internos en la universidad.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Basándome en mi experiencia, un tema relativamente escandaloso, una pseudoesclavitud consentida por la costumbre.