Hablando de entrevistas, el otro día estuve comentando con un periodista, para su periódico, unas cuantas cuestiones sobre el yeísmo.
Me decía el hombre que en su casa, de pequeño, su padre le daba la lata con el tema de pollo y poyo.
Y que, aun así, ni siquiera hoy él es capaz no ya de pronunciar la diferencia, sino ni tan siquiera de oírla.
No está solo: la inmesa mayoría de hispanohablantes son yeístas. (Y está bien).
Como le decía yo, que alguien crea y diga distinguir no equivale a que realmente distinga. (A puñados se cuentan los que creen distinguir la falsa distinción entre ‹b› y ‹v›, sin ir más lejos).
¿Estamos cargándonos el idioma? ¿Ya está destruido sin remedio? ¿Es la evolución natural? ¿Hay que aceptarlo? ¿Podemos hacer algo respecto a ello?
Navarro Tomás, «filólogo, bibliotecario e intelectual español» (Wikipedia dixit), se quedó tan ancho y pancho cuando en 1918 dijo esto (negritas mías):
En pronunciación andaluza e hispanoamericana, la ll de la escritura se pronuncia como la fricativa y, o como una variante de j francesa, diciendo caye, cabayo, en lugar de calle, caballo, etc.; esta sustitución es también corriente en el habla vulgar de Madrid y de otras poblaciones castellanas […]. La pronunciación correcta, según el uso general de la conversación culta castellana, requiere saber distinguir claramente ambos sonidos.
Y sin embargo, al menos en 1319 ya había yeísmo.
Me resulta muy interesante que la observación de Navarro Tomás ha quedado para la hemeroteca y los zascas de Twitter.
En el siglo XXI, a la juventud le pasa más bien lo contrario: distinguir es de viejos, paletos y pueblerinos. Así se ve en este testimonio:
¡Qué feo! ¡Qué pronunciación más fea! Hablas como mi abuela cuando dice «gallina». Voy algunos fines de semana a verla y me pone enfermo cuando me dice que la acompañe al corral a echar de comer a las gallinas.
Bueno.
Seas yeísta o no, te hayan dado la murga con pollo-poyo o no, te puede interesar mi artículo sobre el yeísmo.
¡Un saludo!
Paco
P. S. ¡No te pierdas los vídeos, que son muy ilustrativos!