No tan famosa como veni, vidi, vici, pero sí razonablemente famosa, es la cita de Picasso:
El éxito es peligroso. Uno comienza a copiarse a sí mismo. Y copiarse a sí mismo es más peligroso que copiar a otros. Conduce a la esterilidad.
Una cita tan corta daría para un debate con unas cervezas por delante (o ya por detrás).
Desde luego que el concepto de «éxito» es muy subjetivo y es un debate en sí mismo, así que aceptemos sin más el DLE: «Buena aceptación que tiene alguien o algo», «Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.» (Picasso entraría sin duda en estas definiciones).
Lo que más me interesa es el resto.
Son muchos los artistas de todo tipo que han caído en la trampa: pintores, músicos, escritores, cineastas, youtubers…
Es muy fácil ver que algo funciona y empezar a producir más y más de lo mismo. Nada malo con las secuelas y obras de la misma saga, del mismo universo, etc., mientras se mantengan frescas.
Pero… ¿cuántas series hemos dejado a medias porque eran más de lo mismo? ¿A cuántos músicos hemos dejado de escuchar por lo ídem? ¿De cuántos youtubers nos hemos desuscrito? ¿Cuántas veces se ha borrado la gente de este boletín por saturación o por lo que sea?
Siguiendo con Picasso. En Penrose, Picasso: His Life and Work (1958), se recoge lo siguiente:
Años más tarde, al visitar una exposición de dibujos infantiles, comentó: «Cuando tenía su edad podía dibujar como Rafael, pero he invertido toda la vida en aprender a dibujar como ellos».
Independientemente de que nos guste o no la obra más picassiana de Picasso, ese comentario me parece brutal.
Es el deseo de evolución en estado puro.
Es algo que a mí también me obsesiona. Constantemente intento no quedarme estancado (la esterilidad, según Picasso).
La mayoría de la gente termina la universidad y se cree que su formación ya ha acabado. Yo diría que ahí es donde empieza de verdad.
La universidad es el periodo en que la planta echa raíces en el suelo. Cuando uno sale, entonces es cuando la planta empieza a crecer hacia arriba, si se la sigue regando.
Por todo esto, constantemente sigo comprando y leyendo manuales: de lingüística, de gramática histórica, etc. (Y como enseñando se aprende, a partir de lo que yo mismo aprendo de otros, voy creando más contenidos).
Pero no solo eso: también voy aprendiendo, aunque sea a modo de hobby, de otras materias no lingüísticas.
Si uno considera la cuestión de forma muy simple y maniquea y entiende «copiar» de forma demasiado literal, llega a conclusiones equivocadas.
Naturalmente, la copia-plagio es malo (¿o mala?); la copia-inspiración, buena.
Vale.
Ahora viene el momento en el que intento venderte algo, y dudo sobre las posibilidades, porque, según lo que llevo escrito, podría ser más de una cosa.
Tiraré por esta: si eres médico, es fantástico seguir formándote sobre medicina; si eres arquitecto, sobre nuevos materiales y técnicas de construcción; si eres ingeniero, sobre teraflops.
Pero no te obsesiones con copiarte a ti mismo: copia a otros.
Sal de tu especialidad, de tu disciplina: no te quedes estéril.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Si yo quisiera aprender a tocar la tuba, aparte del curso y/o clases, tendría que comprarme una señora tuba. Para el latín y el griego solo necesitas papel y boli.