Es curioso que digamos «estar como un toro» y no «estar como un león», cuando, a juzgar por la fábula de Esopo, sería mejor estar como el felino.
Resulta que un día iba un toro huyendo de un león y dio en guarecerse en una cueva.
Sin embargo, la cueva estaba habitada por cabras salvajes, que empezaron a atacar y cornear al toro.
Yo no soy zoólogo, pero puedo imaginarme que un solo toro puede destrozar a muchas cabras…
Aun así, el toro dejaba que lo vapulearan por evitar el mal mayor, y así se lo hizo saber a sus anfitrionas:
Consiento este acoso no por temeros a vosotras, sino al que está ahí fuera.
También en la vida hay veces que hemos de aguantar una situación no ideal por evitar algo aún peor.
Lo que yo recomendaría a alguien con bastante tiempo y dinero para aprender latín sería que se apuntara a los cursos presenciales, inmersivos, de la academia Vivarium novum, por más de 2500 euros cuatro semanas.
Como la mayoría de los mortales no tienen esas posibilidades, la siguiente solución sería, por una décima parte de ese precio, mi curso de latín desde cero, 100 % en línea y sin límite de tiempo, para que cada uno lo haga a su ritmo.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Ídem para el que quiera aprender griego antiguo.