Es casi un cliché, pero no deja de ser cierto que la historia la escriben los vencedores.
Y por supuesto lo hacen interesada y sesgadamente. Por eso Tácito ya en el primer parágrafo de sus Annales dice que él (supuestamente) escribe sine ira et studio.
No soy ni el primero ni el último que se ha planteado que las Catilinarias de Cicerón y la Conjuración de Catilina de Salustio puedan estar sesgadas.
¿Sería realmente Catilina un peligroso monstruo psicópata ávido de subvertir y destruir la república, tal y como sale retratado por estos autores?
¿Y si realmente era una especie de Jesús?
¿O quizá era simple y llanamente un populista que caía mal al poder establecido?
Me imagino que nunca lo sabremos.
Bueno.
En el parágrafo 15 de la Conjuración, Salustio explica cuál pudo ser, según su opinión, el origen de la trama (avance: una mujer), cómo toda la situación lo tenía en un constante sinvivir y cómo esto se reflejaba en su aspecto, cada vez más repulsivo y draculiano.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Una de las cosas que me gustan de Salustio es que escribe siempre todo serio, pero el resultado a menudo es incluso cómico.