La mosca y el calamar no es una fábula de Esopo.
El juego del calamar es una serie que se estrenó en septiembre de 2021 y con la que ardió internet —en Corea del Sur casi literalmente— durante semanas.
No voy a entrar en detalles, pero la serie está muy bien y merece su fama.
Hay gente que ante una moda repentina tiene el fervoroso deseo de saltar y no quedarse fuera, mientras que hay otra gente que, por el contrario, se siente repelida por lo mainstream.
En su momento, Marina Díaz, la psicóloga cuyo boletín cité hace un tiempo, escribió algo como lo siguiente (parafraseo de memoria): ante el revuelo, lo que hice fue ir a Wikipedia y leerme el resumen de todos los capítulos para determinar si, después de eso, querría verla.
Ahora vamos a la mosca.
Hay un episodio de Breaking Bad cuyo resumen sería algo así como esto: una mosca se cuela en el laboratorio y Walt se pasa la mayor parte del episodio intentando cazarla.
Es un episodio con muy mala fama.
Recuerdo que en su momento yo mismo me pregunté qué tipo de petardo se habrían fumado para un episodio así.
Tras revisionar la serie años más tarde, me di cuenta de que el episodio no iba de cazar la mosca.
De hecho, es tan obvio que todo el esperpento con la mosca es una alegoría de los fantasmas que atormentan a Walt que me da vergüenza reconocer que en su momento no lo vi.
Podemos ver El juego del calamar y quedarnos con que va de unos cientos de mataos que se juegan la vida por hacerse ricos. Al fin y al cabo, incluso en ese nivel superficial la serie como espectáculo audiovisual es resultona y entretenida.
Pero la serie, si le vamos rascando las distintas capas, tiene más.
Probablemente lo mejor de todo esto es que hay más de una interpretación, puede que incluso interpretaciones en las que ni los propios autores han reparado.
Ya ni siquiera hablo de El juego del calamar ni del episodio de la mosca.
Casi cualquier cosa tiene más de una cara, más de un ángulo, más de una interpretación… potencialmente, tantas cuantas personas la analicen.
Y si luego el análisis individual de cada persona se pone en común con los demás, el potencial es aún mayor.
Ese es el potencial de una comunidad de linguófilos de mente viva.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Si ves El juego del calamar o el episodio de la mosca y no eres capaz de ver más allá, está bien: todo eso se va agudizando conforme se va practicando y, precisamente, recibiendo influencias externas.