Cuando me casé fui con mi mujer, a modo de luna de miel, a Granada.
A los extranjeros que visitan Andalucía les suelen recomendar una cosa: visitar primero Córdoba, luego Sevilla y por último Granada.
El razonamiento es que, si visitas primero Granada y su Alhambra, luego la mezquita de Córdoba y el Real Alcázar de Sevilla te sabrán a poco: por eso —dicen— lo mejor es ir visitando en ese orden, para que unas ciudades no eclipsen a las venideras.
Bueno, no me voy a poner ahora a hacer recomendaciones de turismo.
Solo una: si vas a visitar la Alhambra de Granada, no subas a pie.
Ese error ya lo cometimos mi mujer y yo —además, en septiembre y con mascarillas— y no lo recomiendo a nadie.
Es muy fácil cometer errores de este tipo, y similares, si uno se limita a mirar alguna cosilla en Google.
Estoy seguro de que, si hubiéramos preguntado a cualquier persona que supiera lo más mínimo sobre Granada, nos habría dado buenos consejos.
De la misma forma, hay gente que se anima a aprender latín. Buscan en Google, empiezan a leer lo primero que encuentran y, naturalmente, se quedan como estaban, sin entender nada.
Algunos incluso van un paso más allá: se compran un libro de gramática latina y empiezan a leerlo. El resultado acaba siendo el mismo y el libro acaba en un cajón.
Igual que no te recomiendo subir a la Alhambra a pie, no te recomiendo aprender latín o griego con búsquedas en Google o con un libro de gramática.
Lo que sí te recomiendo son mis cursos, porque toda la teoría está graduada y explicada por mí y, lo más importante, ¡hay un montón de práctica!
¡Un saludo!
Paco
P. S. Empieza por el primer módulo, ¡que es gratis!