Lo de los zascas pasivo-agresivos es más antiguo que Catulo, pero nos detenemos en nuestro viaje temporal ahí.
De Catulo, el poeta de Verona, se conservan algo más de 100 poemas, muchos de ellos esencialmente zascas contra sus odiadores y odiados por él.
En uno de ellos (el 84, concretamente), arremete contra un tal Arrio por su pretenciosidad y afectación al hablar.
En época de Catulo, la H latina ya llevaba tiempo sin pronunciarse (igual que en español), y solo los pedantes, y solo en situaciones muy esmeradas, la pronunciaban.
La pedantería pase, pero la pedantería equivocada, no.
Es muy pedante andar distinguiendo la pronunciación de B y V en español y, aun así, no es infrecuente en cantantes. El remate es cuando, por serles algo del todo artificial, andan mezclando las ves con las ubes.
Esto mismo le pasaba a Arrio: quería dárselas de culto, pero lo único que hacía era poner de manifiesto su incultura, pues aspiraba donde ni siquiera había H.
HINSIDIAS!, decía.
Esta hipercorrección nos dice a los lingüistas, precisamente, que la H no se pronunciaba ya en el latín de esta época.
Hay otros datos lingüísticos al respecto, claro.
De todo esto trato aquí.
¡Un saludo!
Paco
P. S. A todo esto, puede que estas interpretación y conclusión lingüística tradicionales sean precipitadas y haya algo más, o algo menos: lo aclaro un poco en el artículo.