En el correo anterior yo realmente iba a hablar de lo que voy a hablar ahora en este correo: las vanity presses, o sea, las imprentas de vanidad o imprentas vanidosas.
Mientras leía sobre el tema de que incluso las editoriales grandes fracasan en la venta de la mayoría de sus publicaciones, que luego tienen que destruir a troche y moche, y que los salvan los grandes autores consagrados, llegué a enterarme del concepto de vanity press (en inglés porque lo estaba leyendo en inglés).
Es una de esas cosas que uno, por su observación directa, ya sabe o intuye, pero resulta que el concepto es real, tangible, tiene nombre e is a thing (perdón).
Resulta que hay imprentas/editoriales/publicadoras cuyo modelo de negocio es imprimir/editar/publicar (casi) cualquier cosa que les caiga a las manos.
—Pero, Paco, si hasta las grandes fallan en la mayoría de lanzamientos, ¿cómo va a ser eso sostenible/lucrativo?
Excelente pregunta, y la respuesta es realmente muy simple…
La cuestión es que estas empresas no ganan dinero, como Planeta, Penguin, etc., vendiendo a los lectores: ellos ganan dinero directamente del autor.
Antes de abrir siquiera el archivo del manuscrito, ya se han embolsado varios miles de euros.
—Pero, Paco, ¿cómo va a ser eso?
Para publicar su libro, el autor tiene que pagar, normalmente varios miles de euros (p. ej. 3000), a la empresa, que entonces te imprime X libros, te los envía a casa, y ya vende tú lo que y como puedas.
—Pero, Paco, si eso es así, ¿por qué iba alguien a hacer semejante cosa?
Y ahí es donde se justifica el nombre de vanity press: por vanidad, la de que te publiquen un libro, la de presentar tu libro en una librería de dos metros cuadrados a la que asisten tus conocidos chantajeados.
Ojo, más allá de la ligera caricaturización que hecho de todo esto, la cosa es de verdad más o menos así, por supuesto con sus matices y sus excepciones y hasta autores que han llegado a triunfar realmente tras pasar por imprentas de vanidad.
—Pero, Paco, ¿y eso no es lo mismo que haces con tus libros?
Realmente, no: yo no publico por vanidad, sino por vil metal. Yo no pago nada por adelantado (solo a posteriori los impuestos que correspondan), pues incluso los libros en papel no se imprimen hasta que el lector lo ha comprado (o sea, impresión bajo demanda).
A la ligera, puede parecer que autopublicar y publicar con imprenta de vanidad es lo mismo, pero en absoluto.
Entonces, tengo un curso para autopublicar tu libro.
…
Es broma.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Ojocuidao, en ningún momento he dicho que las imprentas de vanidad sean malas, timos, estafas, ilegales, inmorales o engorden. Tampoco he dicho que quien publique con imprenta de vanidad sea un tolái. Lo que he dicho es lo que he dicho, y ya que cada uno, sabiendo lo que hay y de qué va el juego, decida jugar a ese o a otro.