En cuarto de carrera tuvimos la asignatura de Literatura Griega con un profe algo heterodoxo.
Eso sí, algo que nos dijo (y con lo que estoy totalmente de acuerdo) fue totalmente ortodoxo:
—Mientras dependa de mí, en esta facultad no va a licenciarse en Filología Clásica nadie sin haberse leído la Ilíada y la Odisea.
Esta admonición, perogrullada como pueda parecer para cualquier ser racional, tenía la razón que te puedes imaginar: la norma era acabar la carrera sin haberse leído los poemas de Homero.
Entonces, estableció una serie de lecturas obligatorias (porque había que leer más que Homero, claro), y de ellas se nos pondría a prueba individual y oralmente en el despacho del profesor.
Ahora viene una confesión.
Yo hasta entonces no me había leído la Ilíada.
Por supuesto, me había ido leyendo fragmentos de acá y acullá, pero no el todo de pe a pa.
Y cuando me puse a ello, tardé no sé cuántas semanas, porque lo cierto es que la Ilíada, llena de magia como está, también está trufada de repeticiones y machaconeo épico.
Así pues, si a ti te da pereza leerte la Ilíada o quieres ir metiendo a tus vástagos en clásica vereda, tengo algo bueno: La cólera de Aquiles, la Ilíada despojada de la paja y el rollo hasta quedar reducida a unas 17 500 palabras.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Puedes comprar en papel, o leer potencialmente gratis en ebook.