Cuando yo era virgen, me gastaba 300 pesetas en ir una hora al cíber a jugar con unos amigos al Counter-Strike.
Por aquel entonces, las conexiones a internet eran tan lentas que era imposible jugar por internet, por lo que había que hacerlo localmente entre ordenadores físicamente conectados unos a otros.
Para quien no lo sepa, el Counter-Strike es uno de esos videojuegos del pistolón en el que, esencialmente, tienes que matar a los del equipo contrario, amigos tuyos con sus respectivos pistolones.
En algún momento dejé de jugar y así ha sido durante años, hasta que, años más tarde, lo retomé.
Mucho ha cambiado desde los primeros tiempos y ahora uno puede jugar perfectamente desde su casa y matar a desconocidos rusos o portugueses.
Igual que montar en bici, la esencia de manejar el pistolón es algo que no se olvida. Sin embargo, fueron muchos años sin tocar el juego y, además de la pérdida de pericia, el propio juego ha cambiado bastante desde entonces.
Cuando uno es novato (o noob, como se dice en jerga), lo primero que hace es elegir la ametralladora de Rambo: un claro ejemplo de que potencia sin control no sirve de nada, pues, aunque poderosísima, es un arma casi imposible de manejar por lo muchísimo que se descontrola al momento.
Uno diría que, en un videojuego de disparos, lo más importante es tener buena puntería.
Pero jugar al Counter-Strike y no morir cada 10 segundos es cuestión de varios factores que uno tiene que ir reconociendo y adoptando con la experiencia. ¡La puntería es uno de tantísimos otros!
En el modo de juego que suelo elegir, cada vez que matas a dos enemigos se te otorga un arma diferente que no puedes elegir: subfusiles, fusiles de asalto, escopetas, rifles de francotirador, ametralladoras, pistolas de mano y, finalmente, el cuchillo de oro.
El primero que alcanza el cuchillo de oro y mata a un oponente con él gana la ronda. Como puedes imaginar, no es tan fácil matar con cuchillo a oponentes que aún tienen armas de fuego.
En este caso, la estrategia ganadora suele ser una de dos: o esconderte en un rincón y esperar a coger por la espalda a un enemigo desprevenido que está entretenido disparando a otro, o ir junto a otros compañeros de tu equipo, en manada, esperando tener la suerte de que, mientras los enemigos disparan a tus compañeros, tú puedas ir corriendo hacia uno para coserlo a puñaladas.
Antes de llegar al cuchillo de oro, aún con armas de fuego, hay muchos factores que te llevarán hasta el final: tu suerte, tu puntería, el propio campo de batalla, conocerte sus escondrijos para esconderte tú y saber dónde se van a esconder tus enemigos, la pericia de tus compañeros de equipo, la de tus enemigos.
O sea, el pistolón es mucho más que simplemente hacer clic con el pistolón.
Después de la siesta diaria, toca el segundo café diario (en verano, con hielo y pajita de metal), y después de este, la partidita: un par de rondas (una ronda no suele durar mucho más de 5 minutos) con mi mujer, unas veces en el mismo equipo y otras en equipos diferentes.
Y tras la partidita, retomo el trabajo que dejé para ponerme a comer, la siesta, el café, etc.
Igual que el pistolón, cualquier lengua funciona mediante la conjunción de innúmeros factores.
Mucha gente ve, cada día, los vídeos de latín y griego que tengo disponibles de forma gratuita en YouTube.
Pero esos vídeos son solo la teoría. Ver solo la teoría es como tener un pistolón y no saber ni quitarle el seguro.
El dominio de la puntería, conocerte los mapas, saber qué puntos son los buenos según el arma que te ha tocado… eso es realmente lo importante.
Tener un pistolón en Counter-Strike se da por sentado. Saber manejar el pistolón mismo y el dónde y el cuándo es lo que requiere ejercicio y experiencia.
Si quieres manejarte con el latín o el griego antiguo, el conocimiento de la morfosintaxis casi que se da por sentado. Lo realmente importante es ponerla en práctica.
Hay que traducir y leer.
A traducir se aprende traduciendo, y a leer, leyendo.
Como decimos los cursis: nulla dies sine linea. O sea, que hay que hacer aunque sea un poquito todos los días.
Por eso en mis cursos de latín y griego hay un montón de prácticas graduadas, desde Regina rosam nautis dat hasta narraciones de las aventuras de Hércules, la Biblioteca mitológica y la Conjuración de Catilina.
El pistolón lo tienes gratis en YouTube. Todo lo demás solo está disponible en AcademiaLatin.com.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Con la cantidad de materiales que tienes ahora mismo, y los que sigo publicando continuamente, no te vas a quedar sine linea en muchos años.