Gayo Cilnio Mecenas fue el señor por el que todavía hoy, en muchas lenguas, se llama «mecenas» (o similar) a quien apoya económicamente a los artistas para que estos, en lugar de tener que preocuparse por qué llevarse a la boca, puedan ocuparse en crear arte (porque ya sabemos que no muchos artistas viven propiamente de su arte).
A nada que tengas algo de experiencia en internet, te sonará lo de Patreon (péitrion, entre otras pronunciaciones). Patreon es el sistema de mecenazgo más común actualmente. Por supuesto, todo por internet.
Supuestamente, el mecenas apoya al artista sin esperar nada a cambio: literalmente, por amor al arte.
Claro, siendo el presupuesto limitado, el mecenas tiene que canalizarlo a un reducido número de artistas. Concretamente, a los artistas que le gustan al mecenas.
El gusto es algo totalmente subjetivo y, por tanto, influenciable y manipulable.
Esto lleva a que los artistas, normalmente, se dediquen a hacer la pelota a sus mecenas.
Así empieza la primera Oda de Horacio (traducción de Germán Salinas):
Mecenas, descendiente de antiguos reyes, refugio y dulce amor mío…
Como vemos, hacer la pelota en estado puro. Más aún si nos fijamos en que en parte le toca la pilila cuando mienta a esos antiguos reyes: es que Mecenas se jactaba de pertenecer al antiguo linaje de los aún más antiguos reyes etruscos.
Si hace tiempo que me sigues, probablemente sepas que yo tenía un sistema de mecenazgo en delcastellano.com.
Tras un par de años decidí cerrarlo por cuestiones que no vienen al caso.
Los mecenas no recibían contenidos exclusivos, aunque sí obtenían un beneficio bastante importante: navegar por la web limpia de publicidad.
Como digo, ya no admito nuevos mecenas. Eso pasó a la historia.
Sin embargo, tengo buenas noticias: todavía puedes obtener el beneficio de navegar por delcastellano.com sin publicidad.
Me he pasado una mañana preparando el sistema para poder hacerlo. Te dejo las condiciones y las instrucciones aquí, por si es de tu interés.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Se supone que funciona, pero es posible que algo falle. Si es tu caso, ¡avísame para que lo revise!