Hoy va la cosa de espóileres de series.
No hace falta ser seriófilo para leer este correo. Tampoco son destripes reales, así que no temas si aún no has visto la de Drácula o la de The Crown.
En uno de los capítulos de la primera, viene a decir Drácula que casi cualquier persona del siglo XXI vive mejor que cualquier rey del siglo XIX.
No hace falta irnos tan atrás. Nos remontamos solo a mediados del siglo XX.
En el séptimo capítulo de The Crown, la reina Isabel II de Inglaterra va a tener una reunión con el estadounidense Eisenhower: un encuentro de postín.
Casi todo ese episodio de la serie gira alrededor de los complejos de la reina por no haber recibido una formación adecuada. (A pesar de lo cual uno puede llegar a ser la reina más longeva del país).
Contrata a un professor (es decir, profesor de universidad) para que le dé concisas y eficaces clases particulares.
El primer día de clase, la reina, con el apuro de la visita de Eisenhower, lo que quiere es, precisamente, aprender sobre su invitado: su vida, sus logros, sus intereses…
El profesor, tomado un poco por sorpresa ante lo repentino de la solicitud, pide 24 horas para prepararse al respecto.
Hace menos de un siglo, uno no podía simplemente acceder inmediatamente al conocimiento, ni siquiera de la vida de una de las personas más importantes del mundo.
Hacía falta un professor y este tenía que prepararse exprofeso.
Ojo, no hablamos de conocimientos aeronáuticos. Se trata, simple y llanamente, de meros conocimiento biográficos de un presidente de Estados Unidos.
Ahora mismo podemos entrar en Wikipedia y pasarnos varios días leyendo sin parar sobre Eisenhower.
Claro, esto tampoco es lo más eficiente.
Ahora mismo uno puede acceder, inmediata y gratuitamente, a un ingente artículo sobre el demencial sistema verbal del griego antiguo disponible en Wikipedia.
Aunque no lo he intentado, es muy probable que ni siquiera yo pudiera manejarme con el artículo: demasiada información cruda, en bruto, sin explicación, sin nada para darle cohesión a todo y ponerlo en práctica.
Afortunadamente, en el siglo XXI no hay falta de información. Más bien al contrario: ¡hay demasiada información! Tanta, que hace falta alguien que la seleccione, la desmenuce y la distribuya.
Y también afortunadamente, ya no es necesario, para ello, un professor. En el siglo XXI, uno puede tener lo mejor de todo: acceso inmediato a la información y, además, filtrada y masticada por alguien que sabe.
Yo no soy professor, pero algo de latín y griego antiguo sí que sé.
Por eso tengo cursos de latín y griego antiguo.
¡Un saludo!
Paco
P. S. No son clases particulares, pero sí te explico en vídeo toda la teoría y cómo aplicarla a la práctica.