Si la inflación no se ha disparado desde el momento de escribir yo y leer tú este correo, todos convendríamos en que una botella de agua por 5 € es cara.
Voy al supermercado y la veo ahí: no la compro porque es un precio desorbitado.
Pero si estoy perdido en el desierto y un tío en un camello me la ofrece, lo más probable es que la compre, incluso al doble de ese precio.
Mismo producto, mismo precio, ¿mismo valor?, distinta percepción del valor.
Por supuesto, todos decimos «¿Cuánto vale? Esto vale tanto», etc. Y esto, en la vida cotidiana, es perfectamente sinónimo de «¿Cuánto cuesta? Esto cuesta tanto».
Bueno, a mí me gusta jugar con esta diferencia y decir que mis cursos valen mucho más de lo que cuestan.
A veces me preguntan por el valor de mi curso tal (cuando lo que quieren saber es cuánto tienen que pagar, o sea el precio).
Si yo fuera muy pedante, la respuesta sería:
El valor es incalculable, pero el precio es de solo X.
Bueno.
El otro día me escribió un estudiante de AcademiaLatin.com:
Puedo decir que, como comentas en la presentación de la página, el contenido que ofreces vale muchísimo más de lo que cuesta. Tenía conocimientos más o menos fragmentarios de muchas de los temas que tratas, pero tu forma de presentarlos me ha ayudado a ordenarlo todo y, por supuesto, a aprender una barbaridad. Nunca en mi vida había profundizado tanto en un tema y haber seguido los cinco cursos al detalle (tomando apuntes, leyendo los artículos relacionados, buscando información de otras fuentes…) me deja con una sensación muy satisfactoria de panorámica. Es evidente que no he llegado a ser experto en ninguno de los campos que he tocado, pero me ha dado un impulso gigante para seguir adentrándome en la lingüística.
Ahí lo dejo.
¡Un saludo!
Paco
P. S. No hay solo latín y griego: a este estudiante lo que más le han interesado han sido los contenidos de lingüística histórica.