Nada malo con pensar como un lingüista.
Nada malo con no pensar como un lingüista.
Tampoco hace falta ser lingüista para pensar como un lingüista (ni todos los lingüistas piensan como lingüistas).
Sin contar el rumano, que es una lengua bastante loca en su evolución, el francés es una lengua romance muy innovadora a este respecto.
Del latín CAMPUM el español dice «campo», y campo dicen el italiano y el portugués. Incluso el rumano dice camp (como el catalán).
Pero el francés, no: el francés tiene que decir champ.
El francés también es especial a su manera en que la A latina —que por lo general en las lenguas romances se queda A tal cual— muy frecuentemente cambia a E: sel, mer, cher (ahí tenemos otra ch)…
Pero no siempre: en champ tenemos A.
Esto no es caprichoso, sino que tiene, naturalmente, un fundamento lingüístico.
¿Te atreves a intentar adivinarlo?
¡Un saludo!
Paco
P. S. No tienes que saber francés para aceptar el reto, ni saber francés te va a favorecer sobre los demás.