Si me conoces a mí y mi trabajo desde hace suficiente tiempo, es posible que sepas que antiguamente mis contenidos de pago estaban bajo un modelo de suscripción.
O sea, como Netflix: mes que pagas, mes que puedes acceder; cuando cancelas, pierdes el acceso.
Imagina —dentro de lo imposible— que te ves todos los contenidos de Netflix y que no se publica nada nuevo: te borras de Netflix, porque ya ha dejado de serte útil.
Naturalmente.
Netflix se gasta millonadas en crear contenidos nuevos continuamente para retener a sus clientes: para que siempre haya algo nuevo que ver y que la gente no cancele la suscripción.
El modelo de suscripción tiene la ventaja de que puedes acceder a muchos contenidos a un precio muy bajo. (¿Te imaginas pagar de una vez todos los contenidos de Netflix? ¡Sería imposible para cualquier mortal!).
Sin embargo, veo un problema muy importante cuando uno no es Netflix ni tiene sus recursos.
Publicar contenidos constantemente es una labor titánica.
Inexorablemente llega el momento en que uno se quema (síndrome de burnout, como se dice modernamente).
Hay varias salidas.
O echas la persiana indefinidamente (raro, pero lo he visto).
O reduces la regularidad de los nuevos contenidos.
O reduces la calidad.
La regularidad de publicación de los nuevos contenidos es algo objetiva y matemáticamente cuantificable, por lo que si uno tiene dicho que publica un nuevo contenido cada semana y de repente publica uno cada mes, los usuarios lo guillotinan, y con razón.
En cambio, la calidad no es objetiva ni cuantificable, por lo que esa es la solución que se suele tomar: reducir la calidad de los contenidos.
Por esta razón en los últimos tiempos me he desuscrito de unas cuantas suscripciones de cursos, recursos, formación, etc.
Ojo: hay que invertir continuamente en aprender, y eso hago, pero también hay que saber ver cuándo ya no se está recibiendo aquello por lo que uno estaba pagando.
Total.
Que mis contenidos de pago no están disponibles bajo suscripción, porque no quiero poner en peligro la calidad de los contenidos por culpa del compromiso de la publicación regular.
Eso no quiere decir que, realmente, no esté constantemente publicando.
Igual en una semana publico varias horas de vídeos de diversas temáticas.
Igual en un mes no he dicho ni pío.
(Por supuesto, también lo mismo pasa con este boletín: es cuasidiario, que quiere decir que en principio es diario, pero que si una semana, o dos meses, no se publica, no pasa nada. ¡Si hasta es gratis!).
Entonces, si mis contenidos no son por suscripción, ¿cómo son?
Pagas una vez y accedes para siempre a lo que hay publicado y a lo que se publicare en el futuro.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Como hay gente que no quiere o puede comprar para siempre, también puedes alquilar tres meses o un año.
P. P. S. ¿El futuro de subjuntivo está mal usado? Probablemente.