Entre los grandes músicos de la mitología se encuentra Orfeo.
El mito de Orfeo y Eurídice lo conoce todo el mundo. Si tú estás aquí es porque necesitas más.
Otro músico fantástico, mucho menos conocido, fue Arión.
A menudo los dioses eran envidiosos con los mortales que podían llegar a rivalizar con ellos, pero en este caso Apolo, dios de la música entre tantas otras cosas, lo tenía de favorito.
Un día, Arión se fue de gira por parte de Grecia, en la que acrecentó su fama y su fortuna.
De vuelta a casa, los tripulantes de la nave se conjuraron para matarlo y quedarse con ese dinerito.
Apolo corrió a advertir a Arión y le propuso un plan para su salvación.
Cuando Arión se vio rodeado de marineros-piratas y con las puntas de las espadas rozándole al gaznate, el músico dijo: Al menos dejadme tocar para vosotros antes de que me matéis.
Nada malo podía pasar, ¿no? Los piratas lo consintieron y Arión empezó a tocar y cantar.
Lo hizo de forma tan mágica que varios delfines comenzaron a congregarse alrededor de la nave, atraídos por la música. Entonces, Arión saltó por la borda y, a lomos de uno de los delfines, consiguió huir.
Esta historia gustaba mucho a los antiguos marineros. Pocos hombres eran más supersticiosos que un marinero.
¿La moraleja? Mientras hay vida, hay esperanza.
¿Y a qué otro relato te recuerda el mito de Arión?
Posiblemente a Sherezade, que evitó la muerte engatusando a su ejecutor con una historia, y otra, y otra, y otra…
Espero que nunca te veas en una situación tan límite, pero desde luego lo que no puede hacer daño es saberse una buena ración de mitos griegos.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Ahí tienes una nueva razón para aprender mitología.