En literatura (etc.), se habla de nombres parlantes para referirse a los nombres de los personajes cuando muestran características de los mismos personajes.
Por ejemplo, Edipo se supone que es, etimológicamente, el de pies hinchados porque, al ser expuesto de bebé, le atravesaron los tobillos para facilitar su muerte.
El personaje de Martín Fierro hace referencia al hierro, al cuchillo.
El nombre de Heracles —que en realidad era un sobrenombre, pues su nombre real era Alcides— se supone que hace referencia a que alcanzó la gloria gracias a Hera (literalmente, Heracles significa algo así como ‘la gloria de Hera’), pues fue esta diosa la que lo volvió loco para que matara a su familia y de ahí salió lo de los doce trabajos.
Claro, cuando una persona (o sociedad o tradición) se inventa un personaje y le pone un nombre sabiendo de antemano el destino del personaje, es muy fácil asignar un nombre parlante.
Esto se usa muchísimo también en las series de televisión. (Ya es cuestión de cada uno ser capaz de captar las referencias, a menudo bíblicas o a la mitología griega).
Sin embargo, cuando se trata de una persona real, los padres tienen relativamente poco poder en el devenir de la criatura.
Aun así, en la Antigüedad y en la Edad Media gustaba mucho el tema de las etimologías populares en general.
Se decía, por ejemplo, que lo del filósofo Séneca es por lo de su suicidio: porque se necat ‘se mata’.
Mi último profesor de Matemáticas lo tuve y lo sufrí en 4.º de ESO. Su apellido era Malo. (Creo que se entiende fácilmente la referencia).
Durante todo el curso suspendí todos los exámenes. Realmente ni estudiaba ni hacía los deberes. Sí que, al menos, copiaba la resolución de los problemas de la pizarra.
También suspendí la tercera evaluación, claro.
Me quedaba la recuperación. Era la única asignatura que había suspendido.
El día antes del examen, me desperté tempranito, abrí el cuaderno y, uno por uno, empecé a hacer por mi cuenta todos los ejercicios que había ido copiando durante el año. Eché todo el día en eso.
Acabé sacando un 5.
De vez en cuando, en YouTube hay chavales y chavalas que me dicen cosas como esta:
La semana que viene / Mañana tengo el examen de Latín / Griego. Me estoy haciendo una maratón de tus vídeos, jiji.
Yo les deseo suerte, pero realmente dudo que la mayoría de ellos apruebe, aunque sea con un 5.
Es irreal aprender latín o griego en unas horas, menos aun cuando lo que ellos hacen es ver vídeos de teoría y gramática, pero en el examen se les pide práctica.
Sí, en YouTube tengo subida muchísima teoría, pero poquísima práctica (solo para traducir cosas como La niña da rosas a los marineros).
Sin embargo, tengo muchísima práctica, graduada, desde la niña, las rosas y los marineros hasta la Guerra de las Galias, la Conjuración de Catilina, la Biblioteca mitológica, y muchas cosas de por medio.
Como dicen los anglos, practice makes perfect. Claro, para practice y perfect hay que apuntarse a AcademiaLatin.com.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Incluso trabajamos la historia de Heracles en griego y de Hércules en latín. Así ves la relación entre Hera y los trabajos.