La siguiente tira cómica me parece una genialidad. Realmente, una doble genialidad: por su exactitud a la vez que por su simplicidad.

(Para quien no sepa inglés, hago una traducción grosso modo en la parte inferior del correo).
El otro día me escribió una persona insistiéndome en algo que ya me había dicho en un correo anterior: que no se dice «Argentina», sino «República Argentina» o, en todo caso, «la Argentina», y que omitir el artículo es incurrir «en fatal error».
No soy yo experto en estas cosas, y no digo que técnicamente no haya algo de razón en estas admoniciones.
Lo del artículo sí que me parece una afirmación sumamente categórica y no muy bien fundamentada, teniendo en cuenta lo vacilante de los artículos en muchos topónimos.
Aceptando pulpo, según esto tendríamos que decir «Reino de España» (lo escribo ahora pero no creo que lo haya pronunciado en mi vida) y «Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte» (Inglaterra, de toda la vida, aun cuando realmente Inglaterra es solo una parte de UK, como se escribe ahora también entre hispanohablantes).
También el otro día (otro día respecto al de la República Argentina) me escribió alguien diciéndome que «parágrafo» es una palabra inexistente que he copiado del catalán paràgraf.
Esta me hace gracia, especialmente por la hipótesis de que lo he copiado del catalán. No lo he copiado del inglés paragraph ni del italiano paragrafo ni del francés paragraphe ni del latín paragraphus, etc.: del catalán.
Realmente, «parágrafo» es una palabra que existe en español desde siempre y que hasta viene en el DLE (¿tan difícil era mirarlo antes de decir que la palabra no existe —signifique lo que signifique eso—?).
¿Y por qué no uso «párrafo», como todo hijo de vecino? ¡Si el DLE, de hecho, remite a «párrafo» desde «parágrafo»!
Pues realmente no sé si esto es cosa solo mía o no, pero en mi mundo un párrafo es lo que todos sabemos, mientras que un parágrafo es cada una de las partes (que pueden coincidir con un párrafo o no) en que los editores dividen los textos clásicos.
Por ejemplo, en el cuarto parágrafo del primer libro de la Guerra de las Galias, César trata sobre el juicio y muerte del helvecio Orgétorix.
¡Lo trabajamos en los materiales complementarios del curso de latín desde cero!
¡Un saludo!
Paco
P. S. La traducción, más o menos:
- ¡Urgh! ¡Thrak crear fuego! ¡Fuego caliente!
- Fuego bueno, Thrak, pero yo inventar maza. Maza para golpear.
- ¡Hola, amigos! Parece que he inventado la gramática.
- ¡Gracias! Yo y Thrak podemos comunicarnos mucho mejor ahora que tenemos verbos auxiliares y artículos.
- «Thrak y yo».