Heracles fue hijo de la mortal Alcmena y de Zeus. Su nombre no era realmente Heracles, sino Alcides. Esto es porque Alcmena era bisnieta de Perseo, padre de Alceo, y de Alceo viene lo de Alcides, más o menos como que de Álvaro viene Álvarez.
Alcmena era legítima esposa de Anfitrión, quien era también del linaje de Perseo y por tanto de Alceo. (Ya sabemos que en mitología estas cosas no eran ningún escándalo).
Contrariamente a lo que se ve en la película de Disney, Alcmena era una mortal bellísima y, como siempre, Zeus quiso beneficiársela. Aprovechando que Anfitrión había tenido que marcharse a dirigir la guerra contra los telebeos, maquinó un plan.
Todo esto está contado con gracia por Plauto en su comedia Anfitrión, pero el resumen es que, en el mismo día de regreso triunfal de Anfitrión, poco antes de que llegara el mortal de vuelta a casa, Zeus se hizo pasar por él.
Esto es básicamente lo mismo que se ve en la película de Excalibur acerca de la concepción del futuro rey Arturo: ¡que vengo victorioso y caliente de la guerra!
Por tanto, en un primer momento, Zeus se acostó con Alcmena, dejándola preñada de Heracles. Cuando terminó la faena, se fue de vuelta al Olimpo.
Entonces llegó el Anfitrión real, desconocedor de todo lo que había pasado pero igualmente victorioso y caliente, por lo que él también se acostó con Alcmena, dejándola preñada de Ificles, el hermano gemelo pero mortal de Heracles.
Como es bastante obvio, la palabra «anfitrión» tiene que ver con este Anfitrión. Tal y como dice el DLE: «De Anfitrión, rey de Tebas, en cuya ausencia tomó su aspecto Zeus para seducir a su esposa Alcmena, quien de esta unión concibió a Heracles».
Y como primera acepción: «Persona o entidad que recibe en su país o en su sede habitual a invitados o visitantes».
Yo me autoproclamo administrador-coordinador —no líder, gurú o director— de la comunidad de LINGUOFILOS.com, aunque «anfitrión» es también una palabra que creo que encaja para mi rol de administrador-coordinador.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Todo esto inspirado por una linguófila que —cómo no— también es filóloga clásica.