A raíz del correo sobre el Quijote argentino, un lector me dijo que incurría en un reduccionismo muy grande de la historia argentina y que debería leer más sobre ella.
Esta persona tiene toda la razón del mundo.
Yo no soy argentino, no soy historiador y no he leído gran cosa sobre la historia de Argentina.
De hecho, lo que sé de la historia argentina es lo que cualquiera sabría y lo mínimo imprescindible —aunque sobradamente suficiente— que necesito saber para entender a Esteban Echeverría y a José Hernández.
A José Hernández y a su Martín Fierro ya los presenté, para quien no los conociera, hace unos cuantos correos.
En ese correo dije que los buenos eran los malos, y que los malos, los buenos, y que luego era al revés, etc. Este sin duda es uno de tantos reduccionismos que probablemente no hayan gustado a este lector.
Ahí va otro reduccionismo: Echeverría y Hernández están en equipos opuestos.
Echeverría quiere el progreso y escribe una especie de poema épico antiindio, porque los indios impedían ese progreso del gran proyecto de la nueva nación argentina. El indio es bárbaro. El indio ha de ser aniquilado.
Echeverría era liberal e ilustrado.
Los unitarios liberales e ilustrados se oponían a los federales conservadores: la civilización y la barbarie, el progreso y el atraso, la ciudad y el campo.
Con mi curso de literatura hispanoamericana del romanticismo no vas a obtener un título de licenciado o graduado en Historia; ni siquiera, de filólogo; ni siquiera vas a recibir un diploma.pdf firmado por mí.
Tampoco vas a saber tanta historia argentina como un graduado en Historia de la Universidad de Rosario; ni siquiera, como un filólogo hispánico de la Universidad de Buenos Aires.
Pero es muy probable que acabes sabiendo más que el 99,99 % de los hispanohablantes no argentinos y más que el 90 % de los argentinos.
Aquí te dejo el índice del curso completo.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Como siempre, la primera clase es gratis.