La Ilíada, como poema épico que es, narra numerosas escenas de batalla, a menudo con una crudeza cercana a lo gore.
El canto VI comienza así (traducción, ya clásica, de Luis Segalá y Estalella):
Quedaron solos en la batalla horrenda teucros y aqueos, que se arrojaban unos á otros broncíneas lanzas; y la pelea se extendía, acá y allá de la llanura, entre las corrientes del Símois y del Janto.
Ayax Telamonio, antemural de los aqueos, rompió el primero la falange troyana é hizo aparecer la aurora de la salvación entre los suyos, hiriendo de muerte al tracio más denodado, al alto y valiente Acamante, hijo de Eusoro. Acertóle en la cimera del casco guarnecido con crines de caballo, la lanza se clavó en la frente, la broncínea punta atravesó el hueso y las tinieblas cubrieron los ojos del guerrero.
Hay pasajes más salvajes, claro.
Sin embargo, también hay escenas más humanas.
Una de las más famosas está también en el canto VI, hacia el verso 400. Se trata de la despedida de Héctor, el paladín troyano, ante su esposa Andrómaca y su hijo Astianacte, antes de enfrentarse al enorme Áyax Telamonio.
(En la película con Brad Pitt y Eric Bana, buen espectáculo audiovisual por lo demás, se inventan y retuercen la mitad del relato).
Entre los materiales complementarios del curso de latín desde cero trabajamos con Julia, relatos en un latín facilito. Esta parte la narra así la autora:
Nulla ex omnibus Troianis mulier magis virum suum amabat, aut viri amore dignior erat. Olim Hector, ad proelium ornatus, e via in regiam venit. Andromache vultu laeto virum salutavit et ancillam vocavit, quae filiolum in sinu tenebat. Deinde Hector bracchia ad puerum porrexit. Sed puer, ubi cristam rubram vidit, quae ex patris galea horrebat, perterritus est, nec ad patrem venire audebat, sed multis lacrimis in ancillae sinu haerebat. Tum vero Hector, vir maximus, filio risit, et galeam terribilem humi deposuit, et bracchia iterum ad filium porrexit. Hic non iam perterritus est, sed risit, et patris collo bracchia parvula dedit.
Por supuesto, es una versión muy reducida, pero que capta certeramente la esencia de la escena.
El gran guerrero Héctor, pertrechado con su brillante armadura y su imponente casco con rojo penacho, que asusta a su propio hijo.
Tienes el texto completo de Julia transcrito y accesible de forma gratuita. Si eres estudiante del curso de latín desde cero, podrás, además, ver cómo analizo y traduzco la obra completa.
¡Un saludo!
Paco
P. S. En la película, Héctor mata a Áyax en el combate, lo cual es falso. De hecho, Áyax sobrevive a Héctor, que es muerto por Aquiles. Áyax sobrevive incluso a Aquiles. Sí que Áyax morirá, en última instancia, por la espada de Héctor, cuando él mismo se suicide con ella. Algo de verdad sí que hay en la película…