Es difícil hablar del pecado y no del pecador cuando un pecado concreto solo puede haberlo cometido un puñado de pecadores, pero voy a hacer todo lo posible.
El otro día escribí a X porque disponen de un recurso que me pareció estupendo para la enseñanza y el aprendizaje del latín.
Entonces, les escribí con una propuesta ganar-ganar-ganar: yo gano porque enriquezco mis contenidos de latín con el recurso, mis estudiantes ganan por poder disfrutar de ese recurso, y X ganan porque venden más del susodicho recurso.
El plan no tenía fisuras, vaya.
Aun así, mencioné, entre los beneficios para todos, un caso concreto: el de los profes no de Latín que se ven obligados a impartir Latín.
Ya me habrás leído algo al respecto: esos impostores a los que yo aplaudo porque se molestan en invertir su tiempo y dinero en aprender latín conmigo para luego enseñar latín a los adolescentes.
La respuesta de X te sorprenderá…
Que no aceptaban mi propuesta, y que, en cuanto a lo de los impostores, que ellos no estaban de acuerdo con eso, y que básicamente le den al profe de Lengua obligado a impartir Latín, y de paso a los desafortunados estudiantes de Latín a los que les ha tocado un profe de Lengua obligado a impartir Latín.
Es lo que hay.
Entonces, mi curso de latín no va a poder aprovechar esos recursos de X…
… pero aun así está sumamente bien para aprender latín desde cero hasta el nivel universitario.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Que no tenga el recurso de X no quiere decir que no incluya toda la teoría que puedas necesitar y cientos de horas de textos para practicar.