Es cierto que no es sumamente fácil ponerse en contacto conmigo:
- no atiendo por privado en redes sociales
- no tengo formulariacos de contacto en mis webs
- la dirección de correo está disponible, pero no perspicuamente, y hace falta leer (¡oh, no!)
Como sí que es bastante fácil suscribirse al boletín, porque en mis webs sí que hay formularios de suscripción y me esfuerzo en ello, entonces hay gente que hace lo siguiente:
- Quieren que les haga una consultoría lingüística gratis sobre un tema que el 99 % de ocasiones no sé y/o no me importa
- Se apuntan al boletín
- Responden al correo de «¡Eh, confirma tu suscripción! ¡Solo tienes que hacer clic en el botón!» formulándome su pregunta
- No obtienen respuesta porque no hago consultorías lingüísticas, ni siquiera para mis estudiantes de pago
Eso ocurre, con variaciones, con relativa frecuencia.
El otro día, sin embargo, ni siquiera fue algo así, sino incluso peor.
Un señor empezó, como suele ser el caso, alabándome cual zorra al cuervo.
Entonces se puso a citarme diferentes pasajes de la Biblia. (Como este señor no me conoce en absoluto, ni siquiera sabe que no soy religioso).
Y tras todo eso me pedía que le regalase el acceso a mis cursos de latín y griego.
Hombre, no.
¡Un saludo!
Paco
P. S. Lógicamente no le respondí, ni siquiera para recriminarle su poca vergüenza.