Las aventuras del valeroso héroe Perseo comienzan incluso antes de su nacimiento, cuando su abuelo, el cruel rey Acrisio, recibe un terrible oráculo: morirá a manos del hijo que nazca de su propia hija, la hermosa princesa Dánae. Acrisio intentó escapar a su destino sentenciando tanto a la madre como al hijo a una muerte casi segura. Sin embargo, fueron salvados por los dioses.
El bebé, llamado Perseo, creció en una isla llamada Serifos hasta convertirse en un joven muchacho fuerte y valiente. El problema era que Polidectes, el rey de Serifos, se había enamorado de su madre Dánae y quería casarse con ella, pero ella no le correspondía, pues el único hombre de su vida era su querido hijo Perseo.
Por tanto, el taimado rey Polidectes envió a Perseo a una misión imposible esperando que muriera para librarse para siempre del hijo y poder quedarse con la madre, y es que le mandó traerle la cabeza de la monstruosa gorgona Medusa, que convertía en piedra a cualquiera que la mirara.
Gracias a su ánimo, a su incansable valor y a la ayuda de los propios dioses del Olimpo, Perseo viajará por toda Grecia en busca de Medusa. Al desviarse hacia Etiopía, conocerá también a la hermosa princesa Andrómeda, a la que él mismo deberá rescatar de las garras de un terrible monstruo marino.