Frase concisa que todos deberíamos entender y aprender de pequeños y tener presente y en consideración a lo largo de nuestra vida, especialmente a la hora de razonar, debatir, argumentar…
⚠️ Aclaración: efectivamente hablamos de causalidad, que casualidad es otra cosa bien distinta.
Esta breve entrada tiene relación con aquella en la que hablo de deducción, inducción, abducción: razonando y argumentando.
Contenidos del artículo
Entendiendo cada concepto
Para entender qué quiere decir la frasecita, tenemos que entender qué significa cada una de las palabras por separado.
Correlación
Hablamos de correlación cuando dos —o más— cosas (factores) ocurren a la vez, o una justo detrás de otra, etc. En general, hay una secuenciación de lo que ocurre que nos pueda llevar a creer (con o sin razón) que una de las cosas (A) causa la otra (B).
Implicar
O sea, «significar», «querer decir»…
Causalidad
Como adelantábamos, causalidad no es lo mismo que casualidad (de hecho, ¡son prácticamente lo contrario!). La causalidad hace referencia a la causa porque establece una relación de que A causa B (y por tanto B es causado por A, que es lo mismo que decir que la consecuencia de A es B y que B es la consecuencia de A).
Entendiendo la frase completa
Cuando decimos que correlación no implica causalidad queremos decir que el hecho de que dos cosas ocurran a la vez, o una detrás de otra, etc., no quiere decir que la una cause la otra (y viceversa): puede que sí tanto como puede que no.
Se ve muy claro con un ejemplo clásico:
- En verano se comen más helados
- En verano hay más ahogamientos en la playa
- De esas dos premisas concluiríamos que comer helados causa ahogamientos en la playa
Lógicamente, la conclusión es absurda. Las dos premisas son ciertas (sí se comen más helados y sí hay más ahogamientos en la playa), pero ninguna de las dos causa la otra: simplemente da la casualidad de que las dos cosas ocurren en verano (como en verano hace calor, la gente come más helados fresquitos y se baña más en la playa).
La causa de que haya más ahogamientos no está relacionada con comer helados (no tienes más probabilidades de ahogarte por comer helado), sino de que, estadísticamente, es más probable que te ahogues en la playa cuanto más te bañes en la playa, y en verano uno va más a la playa que en invierno.
Es obvio que uno no se ahogará en la playa si no va a la playa. Si uno va una sola vez a la playa, es sumamente improbable (aunque posible) ahogarse en la playa. Si uno se pasa todo el verano yendo a la playa, las probabilidades de ahogarse aumentan.
Si al mix añadimos las probabilidades de cada una de las personas que van a la playa en verano, es pura cuestión de estadística que, entre mucha gente que va a la playa en verano, se ahoguen algunas personas, mientras que en invierno, como prácticamente no se baña nadie en la playa, lo más probable es que no se ahogue nadie.
Los helados no tienen nada que ver con los ahogamientos. (Y no, tampoco pintan nada los supuestos cortes de digestión).
Vemos, pues, que el dato de los helados (aunque sea real) no tiene nada que ver con el otro. Es, por tanto, un factor espurio que causa una correlación espuria.