Cuando uno se hace viejo y no tiene nada nuevo que aportar al mundo es cuando empieza a escribir su autobiografía: nada nuevo, sino recuerdos del pasado.
Con 15, 16, 17, 18 años es muy fácil estar perdido. Intenta consolarte al menos pensando que no estás en una trinchera llena de gas mostaza y que puedes hacer de vientre sin temor a que te revienten de un bombazo.
Yo todavía no estoy en el punto de mi vida de escribir mi autobiografía, aunque sí hay algo de eso en esta entrada. Haré memoria de mis experiencias filológicas, lingüísticas, universitarias, para que pueda servir de guía o al menos de inspiración a las futuras generaciones de filólogos.
Empezaré por lo más general e iré acotando, de modo que el primer consejo es incluso aplicable a cualquier universitario. (¡Además, es, posiblemente, el más importante de todos!).
Realmente, los tres primeros consejos (vete de Erasmus, aprende a escribir y aprende idiomas) son aplicables a absolutamente todo el mundo. Luego, vienen consejos más específicos para las filologías en general. Por último, enlazaré consejos para filologías concretas en las que tengo alguna experiencia.
En cualquier caso, te recomiendo que lo leas todo, porque, sea cual sea tu caso, vas a sacar más o menos provecho de todo lo que digo.
Contenidos del artículo
Vete de Erasmus
Todo el mundo debería irse de Erasmus (o un programa similar), pero en una carrera de filología es que simple y llanamente debería ser obligatorio, igual que las prácticas (véase: trabajar gratis e incluso pagando) o el trabajo de fin de estudios.
Se supone que los estudios de filología van en buena parte de conocer la cultura tal a través de sus textos, etcétera, etcétera, pero luego nos quedamos cuatro o cinco años metidos en la misma ciudad, a menudo en la mismita donde hemos nacido.
Del tema de irse de Erasmus hay demasiadas cosas que decir, así que por el momento haré un simple resumen:
- ¡¡¡Vete de Erasmus!!!
- No te dejes manipular por cuestiones de si te bajará la media de la carrera y otras supuestas razones para no irte.
- Empieza a ahorrar: el dinero que te den te dará, como mucho, para pagar tu subsistencia, pero para disfrutar vas a necesitar al menos el doble.
- Irse de Erasmus es mucho más que la fiesta y el orgasmus.
- Dentro de lo posible, intenta elegir un destino a un país diferente: irse a Portugal o a Italia o incluso a Inglaterra en la mayoría de las ocasiones va a aportarte menos que irte a Polonia, Dinamarca o Rumanía.
- Por supuesto puedes tener amigos españoles, pero intenta evitar el gueto español: una de las gracias de irse de Erasmus es abrir tu mente conociendo e interactuando frecuentemente con otras culturas.
- Tengas pareja o no, aun así vete de Erasmus.
👉 Resumen-conclusión: vete de Erasmus.
Aprende a escribir
Lógicamente no me refiero a juntar las letras; ni siquiera a juntar palabras. Una cosa es escribir en WhatsApp mandando una línea por cada idea, y otra bastante distinta es escribir vertebrando un texto completo.
Un texto puede ser desde una palabra hasta el infinito. Lógicamente no me refiero a que escribas un libro, pero tampoco a una redacción de 100 o 150 palabras.
Acostúmbrate a escribir textos de extensión variable: a veces están bien 300 palabras; a veces necesitas 3000. La cantidad de palabras la determinará la complejidad de la idea que quieras exponer, pero eso no es lo realmente importante.
Que tenemos que escribir sin faltas de ortografía lo doy por descontado. A lo que me refiero con lo realmente importante es a que escribamos textos coherentes y cohesionados.
También doy por descontado que una frase no puede contradecir la anterior. Una de las diferencias que considero más importantes entre quien sabe escribir y quien junta palabras es el uso de los signos de puntuación y de los conectores y operadores.
Dependiendo del estilo, puedes escribir 200 palabras sin usar un punto con oraciones subordinadas dentro de otras, etc., o puedes escribir punto cada cinco palabras. Practica un poco de todo.
Especialmente en carreras de filología, los profesores aprecian mucho que sepas escribir. Hablo por experiencia propia: una vez una profesora me aprobó un paupérrimo examen no por el nefasto contenido, sino simple y llanamente porque estaba bien escrito.
👉 Resumen-conclusión: ábrete un blog y escribe de lo que sea, pero escribe y hazlo regularmente con entradas de extensión y estilo variable.
Estudia idiomas
No me importa si estudias Filología Clásica, Filología Hispánica o la danza de las abejas: un filólogo, cualquier filólogo, realmente cualquier universitario, debería poder leer, escribir y hablar, como mínimo, inglés. Nos guste más o menos, es la lengua franca de nuestra época.
Me imagino que en todas las facultades donde se estudia filología hay asignaturas obligatorias de segunda lengua e incluso tercera lengua. No te vayas a lo más fácil (p. ej. inglés, porque ya sabes inglés, o francés porque ya lo estudiaste en bachillerato).
Además de las asignaturas obligatorias de segunda/tercera lengua, matricúlate en el Instituto de Idiomas de tu universidad.
Como digo, no escojas los idiomas en función a lo fácil que te va a resultar aprobar, sino en función a cuánto te van a servir. Si estudias Filología Hispánica y/o Clásica, el italiano es casi obligatorio; si Clásica, el griego moderno; si Inglesa, alemán; si Alemana, neerlandés.
Si tienes intención de irte de Erasmus a un país cuya lengua aún no hablas, la elección es clara. Esto, además, tiene muchas ventajas, como ver un propósito claro y real en el aprendizaje y, quizá sobre todo, que cuando llegues te será más fácil evitar el gueto español.
👉 Resumen-conclusión: aprende todos los idiomas que puedas, entre los que el inglés es obligatorio independientemente de tu carrera.
Quítate los prejuicios lingüísticos
De esto deberían encargarse en asignaturas como Lingüística General y otras, pero mejor si llegas con ventaja.
Los andaluces no hablan peor. Los de Burgos o Valladolid no hablan mejor. Las lenguas no degeneran (ojo con esto, los de Clásicas). No hay lenguas mejores que otras.
Las faltas de ortografía no sirven para reírnos, sino para estudiarlas y buscar las causas lingüísticas detrás de ellas.
👉 Resumen-conclusión: mírate este vídeo.
No te obceques con la cuestión lengua vs. literatura
En unas filologías hay más de una y en otras más de otra. En uno u otro caso y te guste una más que otra, vas a tener que hacerlas todas.
No temas a las transcripciones fonéticas. No faltes a las clases de literatura medieval porque ojú qué asco otra vez el mester de juglaría.
Es probable que tengas una clara preferencia por un bando o por otro. Aun así, mantén abierta tu mente: no serías el primero que se cambia de bando a mitad de la carrera.
Intenta llevarte lo mejor de todas las asignaturas en los primeros años. Cuando empiece la optatividad, ahora sí, toma una decisión. No creo tener la verdad absoluta a este respecto, pero sí creo que es mejor decantarse por elegir todas las optativas de lingüística o todas las optativas de literatura, según tu preferencia.
👉 Resumen-conclusión: no te obceques con tus gustos de cuando empiezas la carrera, pues a mitad de la carrera puedes descubrir que tu corazón está del otro lado.
Aprende a enfrentarte a las asignaturas peñazo
A pesar de lo dicho hasta ahora, sí es verdad que hay asignaturas insoportables. En mi caso era la de Teoría de la Literatura. También odiaba la de Lengua Española que incluía la parte de fonética.
En ninguno de los casos el problema era realmente las asignaturas en sí mismas, sino los profesores. Es cierto que hay profesores malos. Es posible que incluso alguno te tenga manía. Es lo que hay.
Intenta averiguar cuáles son los profesores buenos y cuáles son los malos. Trata de ver, los primeros días de clase, de qué pie cojea cada uno. Habla con compañeros repetidores. Mira hasta cuándo puedes modificar tu matrícula y, llegado el caso, cambia de grupo.
👉 Resumen-conclusión: el problema casi nunca es la asignatura, sino el profesor.
Más consejos y opiniones no solicitadas
Si estás estudiando alguna Filología de las siguientes, es posible que te sirvan algunos de los consejos más específicos. Si estás debatiéndote entre cuál de ellas escoger, te recomendaría que leas todo para, de alguna forma, hacerte mejor a la idea de qué pueda ser lo ideal para ti.