Luego tengo este otro vídeo donde respondo y reflexiono sobre las preguntas que me hicieron a raíz de este primer vídeo.
Filología Clásica es posiblemente una de las carreras más paria junto a Filosofía o Historia del Arte. Aun así, yo estudié Filología Clásica después de haber abandonado la carrera de Traducción e Interpretación, la ingeniería de las letras.
Si estás leyendo esto, lo más probable es que tú te estés planteando estudiar Filología Clásica, pero te vienen a la cabeza los y eso pa qué sirve, las mandangas de estudiar carreras con salidas… presión social, en definitiva.
Sería muy fácil tirar de los tópicos, historias caramelizadas y utopías que muchos de mis colegas filólogos clásicos usan para animar a estudiar Latín y Griego en secundaria o Filología Clásica en la universidad.
Pero para eso no estamos aquí. No te voy a hablar de que vas a ser mejor persona o que vas a pensar más estructuradamente. Te voy a dar mi opinión lo más realista posible, como filólogo clásico que se gana la vida con la Filología Clásica, sobre la carrera de Filología Clásica y lo que viene después.
Contenidos del artículo
Salidas del filólogo clásico
Empezaremos quizá por el apartado que requiere de la mayor honradez y brutal sinceridad.
Los panfletos de las facultades y los profesores de Latín y Griego pueden decir muchas cosas, pero lo cierto es que, en mi experiencia y según mi observación de la gente que conozco, las salidas laborales para el filólogo clásico son pocas.
Profesor
La salida más obvia —aunque no necesariamente la más frecuente— es acabar de profesor de Latín y Griego (y de rebote probablemente Lengua u otras asignaturas afines). Lógicamente no tengo ningún problema con los profesores de Latín y Griego (de hecho, les debo mucho a los míos: Bernardo y José María), pero hay algo de esquema piramidal: estudio latín y griego para enseñar latín y griego a la siguiente generación, que entonces enseñará latín y griego a la siguiente, etc. (y esto es así porque no hay muchas más salidas). Nuevamente, ningún problema con esta opción, que me parece sumamente decente, honrada y gratificante (si te gusta la enseñanza).
Cuestión aparte es que, para llegar a ser profesor, a menudo hay que pasar muchas penalidades de trabajillos, bolsas de trabajo, destinos distantes y mudanzas, trabajar ganando menos dinero del que tienes que invertir (o sea, trabajar perdiendo dinero), enseñanza en centros privados no siempre limpios (y no me refiero a la higiene), oposiciones (si es que las convocan para asignaturas de clásicas)…
Reciclarse
A quien no le gusta la enseñanza (o no está dispuesto a aguantar el luengo cursus honorum para llegar a profesor) no le queda mucha más opción que reciclarse de alguna forma.
Al contrario de lo que mucha gente piensa, no hay nada deshonroso en trabajar de algo que no es lo que has estudiado. (De todas formas, ¿qué es trabajar de Filología Clásica?).
Mi plan inicial fue pasar por todo el proceso de oposiciones —previo máster— para ser profesor funcionario. Para bien o para mal, fue justo en los peores años de la crisis de 2008 y no se veía ni de lejos convocatoria alguna de oposiciones.
No sin confusión y cierta desesperación, tuve al menos la suficiente lucidez como para darme cuenta de que tenía que hacer algo.
Si no te estás moviendo, merece la pena probar cualquier cambio, por pequeño que sea. ¿Que no salen oposiciones de clásicas? ¡Sí que salen de Inglés! Voy a ponerme a estudiar Filología Inglesa, que encima me van a convalidar un montón de asignaturas.
Y aquí creo que está la mayor enseñanza: no importa si el plan inicial es el que acaba fructificando o no, que lo importante es hacer algo. Ni acabé Filología Inglesa ni me he llegado a presentar a oposiciones jamás, pero empezar a estudiar Filología Inglesa me llevó de Erasmus a Grecia.
Irme de Erasmus a Grecia me llevó a estudiar el máster de profesor de ELE. Tanto mi Erasmus como el máster me llevaron a irme a trabajar a Cracovia. Allí, además de mis clases de español a polacos, comencé a trabajar en AcademiaLatin.com y otros proyectos que son los que ahora me dan de comer (y de paso conocí a la que ahora es mi mujer).
Vaya, que lo importante —insisto— es reaccionar ante la adversidad y probar, que ya se llegará a algún puerto.
Qué esperar de la carrera de Filología Clásica
Dicho de otra forma: ¿deberías estudiar Filología Clásica? Otra manera más: ¿eres la persona adecuada? Y una más: ¿qué esperar de los X años de universidad?
Realmente son preguntas diferentes, pero la conclusión de todas ellas debería ser la misma.
Dependerá en cierta medida de cómo fueran tus profesores en el instituto, pero la carrera de Filología Clásica es, por así decirlo, las asignaturas de Latín y Griego del instituto ampliadas y multiplicadas por mil.
No se trata de que te gustaran las asignaturas: han tenido que encantarte y has tenido que enamorarte del latín, del griego y de la cultura clásica. Si no es así, no deberías estudiar Filología Clásica, porque va a ser lo mismo, pero más difícil, en mayor profundidad y durante más años.
Concretamente: mucho trabajo de traducción de textos latinos y griegos (las asignaturas de Textos Latinos y Textos Griegos, las más parecidas en mecánica al instituto, a grandes rasgos), pero también muchísima gramática de superfilólogo: fonética, morfología, sintaxis, lingüística histórica…
Eso sí, la verdad es que poquita literatura y no mucha materia cultural en general. Por tanto, aquí vemos una diferencia importante con otras filologías, donde los contenidos de lingüística y los de cultura-literatura están más equilibrados.
Mi experiencia en la licenciatura en Filología Clásica
Yo estudié Filología Clásica en la Universidad de Sevilla, cuando aún era una licenciatura de cinco años. Fue entre los años 2007 y 2012.
Lógicamente, mi experiencia es personal e intransferible y cualquiera que haya estudiado incluso en la misma facultad con los mismos profesores puede tener una opinión completamente distinta a la mía.
Yo disfruté y aprendí muchísimo en la carrera. Claro que hubo asignaturas peñazo y malos profesores, pero casi siempre disfruté bastante en clase e incluso fuera de ella, haciendo las traducciones y actividades, leyendo literatura y estudiando gramática.
Más allá de eso, para bien o para mal en Filología Clásica no hay muchos estudiantes, los grupos son pequeños y es fácil establecer relaciones, incluso con los profesores, porque al final todo queda casi como en familia.
De las cosas que he hecho en mi vida, me alegro de haber hecho (y por tanto tener hechas) muchas de ellas, pero jamás volvería a pasar por ello. En cambio, sí volvería a estudiar Filología Clásica.
Conclusión
¿Deberías estudiar Filología Clásica? Solo si amas el latín y el griego.
En principio, no te preocupes mucho por los contenidos más puramente lingüísticos: incluso si te da miedo el tema de la fonética o asignaturas como lingüística indoeuropea, ya irás aprendiendo (y, con algo de suerte, los disfrutarás también); en cualquier caso, todo eso merece la pena si realmente amas el latín y el griego.
¿Y qué pasa con lo de carrera paria? Ya estamos terminando y no voy a entrar en si la universidad sirve para algo o si tiene que actualizarse al mundo real y tal y cual. Sí es verdad que muchas carreras supuestamente con salidas acaban aportando, respecto al trabajo, lo mismo o menos que Filología Clásica.
¿Qué pasó con todos esos arquitectos y aparejadores que iban a comerse el mundo antes de la crisis de 2008? Acabaron comiéndose lo mismo que cualquier otro paria.
Si al final vas a tener que sacarte tú mismo las castañas del fuego, al menos echa 3, 4, 5 años (o los que sean cuando estés leyendo esto) disfrutando lo que aprendes y aprendiendo lo que disfrutas. Ya habrá tiempo de reciclarse o reinventarse…
Respuestas y reflexiones
A posteriori hice este vídeo con respuestas y reflexiones sobre los comentarios que me pusieron en el primer vídeo.