Lógicamente, la pregunta no tiene una sola respuesta, pues hay multitud de factores para que una novela tenga más o menos palabras (medida exacta y objetiva), y ni que decir respecto al número de páginas (mucho más variable, según el tamaño de la tipografía, márgenes, espacio entre líneas, si hay más o menos dibujos, etc.; por supuesto, suele ser todo ello bastante mayor en libros para jóvenes).
A título meramente informativo, facilitaré los datos de unas cuantas novelas infantiles/juveniles (aunque Alatriste no entra exactamente aquí).
- Cuentos para entender el mundo, de E. Moreno: 11 000 palabras (176 pp.)
- Txano y Óscar, de J. Santos y P. Pérez: 16 000 palabras (128 pp.)
- Un día en Horrorlandia, de R. L. Stine: 20 000 palabras (144 pp.)
- Los peores niños del mundo, de David Walliams: 22 000 (84 pp.)
- El pirata Garrapata, de J. Muñoz: 22 000 palabras (200 pp.)
- Manolito Gafotas, de E. Lindo: 30 000 palabras (192 pp.)
- Amanda Black: Una herencia peligrosa, de J. Gómez-Jurado: 33 000 (192 pp.)
- El capitán Alatriste, de A. Pérez-Reverte: 52 000 palabras (240 pp.)
- Harry Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling: 78 000 palabras (288 pp.)
El número de palabras es redondeado. Para el número de páginas indico los datos oficiales de la edición más usual, enlazada en el título del libro en Amazon.es.
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Como se ve, hay muchísima diferencia de extensión entre unas y otras. Ya dije antes que Alatriste no es realmente una novela juvenil, sino más bien para jóvenes adultos (y superior), por lo que podemos excluirla.
Harry Potter es inusualmente larga para una novela de este tipo, lo cual, de hecho, fue una de las pegas que le pusieron a la autora para publicarla antes de ser famosa.
Por tanto, podemos quedarnos en la horquilla de 16 000 palabras de Txano y Óscar y 30 000 de Manolito Gafotas y considerar ese rango (mil para abajo, mil para arriba) como una longitud normal para una novela infantil/juvenil.