Ya ocurrió cuando empezaron a popularizarse los libros electrónicos: mucha gente juraba que la lectura en papel era superior. También está ocurriendo con el gran auge de los audiolibros: hay resistencia de los más tradicionales a creer que escuchar una grabación es lo mismo que leer con tus propios ojos.
¿Será verdad que el libro impreso es superior al audiolibro? ¿Es el audiolibro una forma inferior, vaga, menos provechosa, de consumir literatura?
¿Audiolibros o libros impresos?
La verdad es que no. Una serie de expertos neurocientíficos de la Universidad de California han concluido una investigación en la que han descubierto que se estimulan las mismas partes del cerebro relacionadas con la cognición y las emociones.
Es decir: el efecto de escuchar un audiolibro es el mismo que el de leer el libro.
Según la doctora Fatma Deniz, «ahora que cada vez más gente consume información por medio de audiolibros, pódcast e incluso textos en audio, nuestro estudio muestra que tanto si se escucha como si se lee el mismo material, se procesa de forma similar la información semántica».
Los audiolibros pueden incluso ser superiores
Los científicos piensan que los audiolibros podrían tener incluso ventajas sobre los libros impresos en personas con problemas y dificultades cognitivas como epilepsia, dislexia, daño cerebral, etc.
La doctora Deniz afirma que, por ejemplo, una persona disléxica podría beneficiarse tremendamente al consumir contenido en audio, pues ese material se absorbe de forma natural, mientras que estos pacientes tienen mayores o menores dificultades a la hora de leer.
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