Entre tantas teorías pseudolingüísticas está el grupo de las que beben de una u otra forma de la nebulosa en torno a lenguas de las que se sabe poco, a menudo aún por descifrar de forma razonablemente exhaustiva.
Es el caso del ibero, lengua (o familia lingüística) de los iberos que habitaban la península ibérica (especialmente antes de la llegada de los romanos). Es una lengua no indoeuropea de la que se tienen unas mil inscripciones que pueden leerse pero no entenderse.
Para entender por qué es esencialmente imposible defender que el español (o cualquier lengua romance) proceda del ibero, hay que tener bien presente la siguiente información clave (traduzco del artículo de Wikipedia en inglés con alguna glosa propia entre corchetes):
Hay muy pocas cosas que se conocen con seguridad respecto al ibero. La investigación sobre la lengua ha superado la fase inicial de transcripción y compilación del material y está actualmente en la fase de identificar elementos gramaticales en los textos.
Las hipótesis propuestas actualmente están sin confirmar y probablemente queden sin confirmar a menos que se encuentre un texto bilingüe [p. ej. griego-ibero, algo semejante a la piedra de Rosetta] que permita a los lingüistas confirmar sus deducciones.
Contenidos del artículo
Aclarando ideas antes de empezar
Es fácil engatusar a alguien que no sepa mucha lingüística por medio de verborrea pseudolingüística y el arrojar datos (falsos, falaces, engañosos o incluso verdaderos) para anegar el entendimiento del lego.
¿Qué se sabe del ibero?
Realmente, muy poca cosa. ¡Ni siquiera Carme Huertas, que pretende ser una gran especialista en la materia!
Los pobladores establecidos en la península hablaban lenguas ibéricas. A pesar de disponer de más de dos mil textos epigráficos hallados en todo tipo de soportes y contextos arqueológicos, la escritura sigue sin descifrar.
Carme Huertas en No venimos del latín
¿Qué sabemos nosotros del ibérico? ¿Por qué no se ha descifrado su escritura?
Carme Huertas en No venimos del latín
De una lengua con una cantidad muy limitada de textos y que no ha sido descifrada, difícilmente se puede saber mucho más. Se tiene un entendimiento razonable de su fonética y fonología y se conocen algunos morfemas y palabras. Más allá de eso, no mucho más.
¿Cómo puede leerse, pero no entenderse?
Una cosa es leer algo, y otra entenderlo, incluso en la misma lengua. El típico caso de carencia de comprensión lectora es el de ser capaz de juntar las letras, las sílabas, las palabras… pero al final no haber entendido el mensaje del texto.
Otro ejemplo: como hispanohablantes, conocemos el alfabeto latino y podemos más o menos leer cualquier cosa escrita en él (guardando las distancias); sin embargo, que podamos pronunciar las letras de un texto no quiere decir que sepamos qué dice el texto.
Litwo! Ojczyzno moja! ty jesteś jak zdrowie;
Primeros versos de Pan Tadeusz, poema polaco de Adam Mickiewicz
Ile cię trzeba cenić, ten tylko się dowie, Kto cię stracił
No hace falta irse al polaco. Por ejemplo, tenemos estos versos de la Chanson de Roland, en francés del siglo XI:
CARLES li reis, nostre emperere magnes,
Primeros versos de la Chanson de Roland
Set anz tuz pleins ad estet en Espaigne :
Tresqu’en la mer cunquist la tere altaigne.
N’i ad castel ki devant lui remaigne ;
Mur ne citet n’i est remés a fraindre,
Fors Sarraguce, ki est en une muntaigne.
Li reis Marsilie la tient, ki Deu nen aimet.
Mahumet sert e Apollin recleimet :
Nes poet guarder que mals ne l’i ateignet.
Incluso si podemos entender bastantes palabras sueltas, difícilmente, incluso si sabemos francés moderno, podremos entender el texto en su conjunto.
Algunos puntos
No es esto un trabajo de fin de estudios ni tengo especial interés en hablar de un tema como este. Por tanto, me limitaré a hablar de algunos puntos que me parecen fundamentales.
Carga de la prueba
La carga de la prueba es la forma de referirse a quién tiene la obligación de probar lo que propone. Parece bastante evidente que quien sugiere una teoría que básicamente destruiría a generaciones de filólogos y toneladas de bibliografía de gramática histórica es quien debe probar, demostrar, que lo que dice tiene sustento.
Este nunca es el caso de quienes proponen que el español proviene del ibero, básicamente porque es imposible argumentar que una lengua provenga de otra lengua de la que no se conoce prácticamente nada. Simple y llanamente, no hay datos en los que basarse y decir «esta característica del español tiene su antecedente en esta característica del ibero».
Es de cajón que el español procede del latín
Poco científico como pueda sonar, es simplemente de cajón, obvio, evidente a partir de la inmensa documentación que existe tanto en latín como en español que este proviene de aquel:
- prácticamente todo el vocabulario español es de procedencia latina
- prácticamente toda la morfología española se puede explicar, incluso para niños, a partir de la latina
- prácticamente toda la fonética y fonología española se puede explicar a partir de la latina (aunque para eso hay que molestarse en entender la gramática histórica)
- sí es cierto que la sintaxis difiere en mayor medida, pero existen muchos ejemplos análogos en otras lenguas, sin ir más lejos el inglés actual respecto al inglés antiguo (anglosajón) y el protogermánico
Romper el puzle
El peso de la carga de la prueba recae en quien defienda lo contrario a la communis opinio, basada en generaciones de miles de filólogos dedicados al estudio de la cuestión.
No solo se deberían probar las supuestas similitudes entre el español y el ibérico, sino también desmontar todos los datos que relacionan el español con el latín. Ambas cosas son esencialmente imposibles.
Los manuales de gramática histórica exponen miles de datos que encajan con perfección prácticamente milimétrica en la inmensa mayoría de los casos. (Por supuesto, hay cuestiones que quedan aún sin resolver, como en cualquier ciencia, pero en el caso de la gramática histórica son las menos).
De la misma forma que una mentira requiere una nueva mentira para mantenerse, y a su vez esta segunda mentira requiere otra más, hasta el punto de que la acumulación de mentiras se hace insostenible, así las pseudoteorías de la charlatanería pseudolingüística están llenas de incongruencias y contradicciones (a veces incluso en el mismo párrafo), simplemente porque un dato falso puede forzarse para que encaje con un segundo dato falso, pero no con cientos de ellos.
Igual que uno puede forzar dos piezas de un puzle que no van juntas para que encajen, pero finalmente no puede forzar las mil piezas porque es físicamente imposible y porque, incluso si fuera posible, el resultado del puzle sería desastroso, encajar miles de datos falsos requeriría de una capacidad mental y dialéctica fuera de lo común e imposible para cualquier persona normal, más aún para quienes precisamente inventan disparates pseudolingüísticos.
¿Es la teoría cosa de nacionalistas catalanes?
⚠️ Dos apuntes-disclaimer. En primer lugar, en absoluto soy un patriota español anticatalán ni nada de eso. En segundo lugar, soy consciente de que lo que viene a continuación puede parecer en sí mismo una teoría de la conspiración; yo me limito a exponer los datos y a sacar conclusiones verosímiles de ellos. Conclusión: a mí ni me va ni me viene todo el circo del iberismo ni de sus presuntos vínculos con el nacionalismo catalán.
Tengo que reconocer que, en mi prístina inocencia, cuando me dijeron que estas teorías tienen detrás a nacionalistas catalanes, yo no le veía sentido a la acusación.
Aun si nos creyéramos y aceptáramos que el español proviene efectivamente del idioma ibero, cui prodest? O sea: ¿y qué?
Otra cuestión, aún más importante: incluso los conspiranoicos negacionistas del latín vulgar reconocen (y de hecho usan como argumento suyo) que las lenguas romances son similares entre sí, de lo que se deduce que han de tener un origen común (en este caso, supuestamente, el idioma ibero).
De esto, a su vez, ha de deducirse que, si el español procede del ibero, todas las demás lenguas romances proceden también, necesariamente, del ibero. Esto, que es un auténtico disparate, sin embargo encaja perfectamente con los sueños húmedos del nacionalismo más surrealista y disparatado, en este caso el catalán.
En este punto, es lícito preguntarse qué tendrá que ver el ibero, la teoría del origen ibérico y el nacionalismo catalán. Si uno mira el siguiente mapa…

… verá que la mayoría del territorio que cubre el ibérico coincide con zonas que actualmente son catalanoparlantes; además, la bibliografía menciona que, de hecho, la mayor concentración del ibero, y el más antiguo, estaba concretamente en la actual Cataluña.
La conclusión de todo esto es, supuestamente, que el ibero es la madre común de todos los romances, incluido el catalán. Como el ibero y lo ibero es autóctono de lo que podríamos llamar proto-Cataluña, básicamente el idioma ibero podría ser tratado de protocatalán, lo que nos lleva a que el protocatalán es la madre de las lenguas romances, lo que a su vez implicaría (de una forma que no tiene sentido histórico, militar, etc. ninguno) que ellos conquistaron Italia, Francia, Rumanía, etc. 🤷♂️
¿Realmente Carme Huertas defiende eso?
Parece que sí, pero quizá no. O sí. O…
Como hemos dicho, es imposible mantener de forma razonablemente coherente tan gran sarta de disparates.
El último apartado de su libro, capítulo «Conclusión», subcapítulo «¿De dónde vienen las lenguas romances?», comienza así:
Los análisis anteriores convergen hacia una conclusión: las lenguas romances no vienen de ninguna parte. Estaban aquí. Eran las hablas del territorio, ligeramente distintas según se separan lingüística y geográficamente.
Carme Huertas en No venimos del latín
O sea, que realmente no dice nada, quizá para alimentar la vaguedad general, quizá porque no llegue a atreverse a dar un nombre o a decir a las bravas que las lenguas romances vienen del ibero.
Sin embargo, como el adolescente que no se atreve a declarar su amor, lo lleva sugiriendo todo el libro.
Más allá de un profuso uso de un tecnoguirigay de lo más horroroso a lo largo de toda la obra, la propia conclusión de la autora, ya hacia el final, es de lo más decepcionante incluso para sus fans (si es que alguno llega a leerse el libro y no se queda con algún vídeo que circula por YouTube):
Lamentamos finalizar este trabajo con más preguntas que respuestas. Esto demuestra que hay que replantear a fondo la base de los estudios filológicos actuales. Porque no se podrá avanzar en esta disciplina si se ignora la cultura y la lengua anterior al proceso de romanización, el sustrato que está en la base de todos los cambios posteriores.
La lengua ibérica es nuestra gran esperanza. Tendremos que esperar a que se publiquen nuevos estudios que nos permitan avanzar en el desciframiento de la escritura ibérica.
Carme Huertas en No venimos del latín
O sea: un libro que pretende subvertir toda la filología románica desde sus cimientos no solo no desmonta la communis opinio, sino que ni siquiera es capaz de aportar nada para sustituirla.