Mi siguiente gran proyecto fue EspañolPlus.com, una academia de español avanzado. Haré un resumen de su historia: desde cómo di con la idea hasta cuándo y por qué decidí ponerlo en pausa indefinida.
Los motivos que me llevaron a dar con este proyecto fueron varios desde diversos ángulos, que dividiré en dos grandes grupos: desde el punto de vista de los potenciales usuarios y desde el mío, es decir, de negocio.
Como he adelantado, concebí EspañolPlus.com como una web con contenidos de español para extranjeros de nivel avanzado atendiendo a mis propios quebrantos en el aprendizaje de lenguas como el inglés y el italiano.
La cuestión es que a mí me costaba horrores encontrar contenidos avanzados para el inglés o el italiano. La mayoría de los contenidos disponibles por ahí eran demasiado básicos y a menudo copia los unos de los otros, por no hablar de que frecuentemente los «profesores» no tenían experiencia real ni mucho menos formación lingüística, por lo que iban copiando y repitiendo lo que otros habían dicho antes que ellos, a veces incluso sin entender ellos mismos muy bien lo que explicaban (porque sí: eso se nota).
Además, más allá de contenidos genéricos de culturilla, más preocupados en clickbait que en contenido real, prácticamente no había contenidos culturales de historia, literatura, etc. Por supuesto que puedes ir por ejemplo a un pódcast de historia o literatura para anglófonos o italófonos, pero precisamente, al ser para nativos, el salto por la carencia de los no nativos de las bases culturales que los nativos adquieren a lo largo de años es demasiado grande. Dicho de forma simple: si has visto series o películas —especialmente comedias, que juegan mucho con la actualidad, lo cultural, lo social…— estadounidenses en inglés, habrás notado que algunas bromas no puedes entenderlas porque hacen referencia a momentos históricos o a personajes que los nativos conocen perfectamente, pero que tú no.
Conclusión de esta última parte: contenidos culturales preparados para no nativos, para que al menos un no nativo pueda tener más o menos la misma culturilla que un adolescente nativo.
Por tanto, la misión que yo tenía en mente para EspañolPlus.com era crear contenidos lingüísticos avanzados, para estudiantes de niveles altos a partir de B2, y además los contenidos culturales según lo que ya he dicho; todo esto bien organizado, sistemático, completo pero conciso: una especie de minifilología pero sin tener que matricularte en la universidad. Justo lo que me habría encantado a mí para inglés o italiano (que, por cierto, aún no he encontrado), pero para español.
Eso, en cuanto al objetivo de cara a los potenciales estudiantes. Ahora hablaré de las motivaciones por el lado de los negocios.
Yo ya había estado trabajando en AcademiaLatin.com más de un año y ya había publicado varios cursos, ¡incluido finalmente el de latín (en su primera edición bastante cutre técnicamente)! Sin embargo, tenía un problema importante: a pesar del esfuerzo de creación de contenidos, incluyendo el mayor de todos y la gran guinda del pastel, el curso de latín desde cero, el nivel de ingresos seguía siendo demasiado bajo.
Por supuesto, la opción más fácil siempre es culpar a los demás: que el público hispanohablante aún no estaba preparado para pagar por contenidos, que la gente es muy tacaña, que lo quieren todo gratis, que no aprecian el esfuerzo… Y ciertamente aún, después de varios años, sigo creyendo que parte de todo eso había, pero el principal problema, naturalmente, estaba en mí en general y en mis habilidades de marketing en particular.
Además de porque realmente quería crear algo como EspañolPlus.com, por la propia naturaleza de este proyecto sus potenciales usuarios serían extranjeros, de países de mayor poder adquisitivo y más acostumbrados a pagar por contenidos en internet.
Al menos esa era la teoría…
El funcionamiento era muy similar a lo que ya tenía en AcademiaLatin.com: cursos en vídeo con explicaciones sobre diapositivas. En esta ocasión ya había aprendido la lección y la promesa era una nueva clase a la semana, no tres.
Pero por supuesto cometí otras cagadas, como por ejemplo meter un directo semanal gratuito como forma de intentar captar nuevos estudiantes. Esta era precisamente la época en la que los guruses no paraban de repetir el potencial de los directos de YouTube, Facebook, Instagram, etc. Mi experiencia fue que algún cliente sí conseguí gracias a los directos, pero en absoluto compensaba la cantidad de tiempo que tenía que invertir en eso, porque además lo cierto es que en los directos acababa habiendo cuatro gatos.
Tal y como yo me planteé desde el principio, sí es cierto que muchos usuarios eran extranjeros, pero para mi sorpresa un porcentaje bastante alto era de nativos hispanohablantes e incluso de otros profesores de español para extranjeros que usaban mis clases para formarse a sí mismos. Lo cierto es que llegó un momento en el que no tenía nada claro el público objetivo ni qué es lo que se suponía que debía hacer después.
En términos económicos, EspañolPlus.com llegó a dar un sueldecillo que algún mes incluso superó los 1000 € (a lo que hay que restar impuestos, etc.). El hastío y decisión de dar por finalizado el proyecto vino por varios factores, de los que destacaré los siguientes.
Sentí que había llegado al techo de usuarios y por tanto de facturación, lo cual es bastante malo viendo que estamos hablando de 1000 €, a los que hay que quitar al menos 25 % entre impuestos, comisiones, etc. Cuando empecé a darme cuenta de esto, el primer plan de contingencia fue reducir la cantidad de tiempo que invertía en la web, para que, aunque el dinero fuera el mismo, al menos la ratio horas/dinero compensara más. Sí compensó más, pero no suficiente…
Pero lo que me llevó a concluir el proyecto fue algo de lo que se habla poco (o nada) en los mundos de las membresías y suscripciones de contenidos. Y al principio cuesta admitirlo incluso para uno mismo, pero finalmente es algo que todos los creadores deberían plantearse de vez en cuando y hacer un reality check por propia salud mental, del negocio y de reputación y marca personal.
Esto merece su propio episodio para desarrollarlo, pero básicamente la pregunta que habría que hacerse de vez en cuando es… ¿Lo que estoy creando es bueno, es lo que la gente quiere o necesita, es lo que yo habría aceptado al principio de comenzar este proyecto? ¿O ya estoy publicando por publicar para mantener a la gente enganchada a la suscripción mensual arrojando contenidos que han dejado de dar la talla?
Y ahí, cuando me vi a punto de traspasar ese umbral (o incluso ya con un pie al otro lado), fue cuando decidí que había llegado el momento de parar. Próximamente hablaré también de cómo y por qué decidí pasar del modelo de suscripción recurrente al de pago único, tal y como hice con EspañolPlus.com y posteriormente también en AcademiaLatin.com.
En el próximo episodio hablaré del siguiente proyecto de cierta enjundia que emprendí: Linguofilos.com, una comunidad de apasionados de las lenguas (adelanto: no llegó a buen puerto).
Hasta entonces, suscríbete al pódcast si no lo has hecho ya y, especialmente, dirígete a humanistasenlared.com/negocios para seguir al tanto.